Vivir con pasión una profesión es una característica fundamental de quienes alcanzan la grandeza tanto profesional como espiritual; es una cualidad propia de aquellos que han marcado un precedente y han cambiado el rumbo de la historia de toda una industria. Nuestro visionario de esta edición, Gustavo Finol, es la personificación de este concepto.
Actor, productor y periodista, sus días transcurren entre la dicha y la fortuna de vivir de lo que le gusta, de sentir esa pasión que despierta en él la adrenalina y le empuja cada día a ir por más, a continuar soñando y atreviéndose; a seguir cada día dando pasos firmes en dirección a convertirse en el artista que siempre ha soñado ser.
Gustavo hoy vive entre la industria de la moda y su pasión por la actuación y la comunicación, una afición que le ha llevado a trabajar de la mano de grandes figuras y marcas de moda, y un amor por las artes escénicas que le han permitido dar vida a diversos personajes para cadenas de televisión hispanohablantes en Estados Unidos.
Este soñador y amante de la moda inicia su camino en la industria en su patria, Venezuela. Es allí donde casi por cosas del destino es seleccionado para una importante campaña de moda que cambiaría el rumbo de su vida y reafirmaría su amor por la comunicación, la estética y las artes escénicas. “Todo comenzó cuando era un adolescente y un fotógrafo de mi país me ofreció realizar una campaña para una marca de moda”, recuerda sobre sus primeros pasos en la industria que, como el efecto dominó, le ha venido posicionado en su trabajo soñado.
Fotografrías: David J Barron
Su destacada labor como periodista y productor le llevan a trabajar de la mano de la afamada diseñadora colombiana Silvia Tcherassi, con quien ha vivido muchas de las más memorables experiencias profesionales de su carrera. Su dedicación y amor por la moda le llevan a embarcarse en grandes proyectos de la mano de Tcherassi en el viejo continente, Europa; y su pasión por la actuación le lleva a reubicarse en la Ciudad del Sol, Miami, donde continúa ejerciendo su amor por estas formas de arte mientras que persigue el crecimiento continuo en las artes escénicas.
“Mi salto a Miami lo propició mi amor por la actuación y mis ganas de seguir en crecimiento”, detalla, agregando que “En Latinoamérica aprendí todo lo que sé, me dediqué a estudiar y desarrollarme profesionalmente, sin embargo, este cambio significó poner a prueba todo el cúmulo de experiencia y seguir aprendiendo”.
La creatividad no se detiene. El proceso creativo detrás de su profesión le mantiene inspirado, buscando siempre evolucionar hacia un profesional más completo, un profesional que carga en su mochila el orgullo de ser venezolano; un orgullo que, junto a sus valores familiares, han definido su visión del mundo y le han enseñado a valorar el esfuerzo y la dedicación como los ingredientes perfectos para alcanzar el éxito.
Y, pese a que su carrera profesional hoy le ha llevado a perseguir su pasión por la actuación, no deja de plantearse nuevos objetivos que le lleven a continuar pisando fuerte de camino a la cima. “La verdad es que me quedan muchos sueños y metas por cumplir, así que cada día me levanto sabiendo que es una nueva oportunidad para trabajar por ellos”, concluye.
