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Museo Nacional del Prado y la joya de sus colecciones: “Las Meninas” de Diego Velázquez.

ART DE VIVRE.

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Velázquez y “Las Meninas”: La joya del Prado

A primera vista, la pintura de Diego Velázquez, “Las Meninas”, puede parecer sencillamente un retrato familiar, pero cuando se observa más detenidamente, es difícil dejar de notar algunos detalles peculiares, detalles que capturan la curiosidad y la imaginación. Estas discrepancias que le diferencian de retratos familiares tradicionales hacen de “Las Meninas” una obra que ha fascinado y frustrado a historiadores del arte desde 1956.

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La obra plasma a la familia de Felipe IV. En su centro se encuentra retratada la Infanta Margarita Teresa, cuyos títulos incluirían emperatriz romana, consorte y archiduquesa de Austria y reina consorte de Hungría y Bohemia. Su reinado duraría hasta 1973, cuando falleció a sus 21 años. Margarita Teresa sería retratada múltiples veces en su corta vida, pero ninguna de estas otras obras ha obtenido la fama de “Las Meninas”.

Alrededor de la joven princesa se encuentran retratados sirvientes, incluyendo a las damas de honor, a las meninas, que acompañaban a Margarita Teresa. Reflejados en el espejo, al fondo de la pintura, se encuentran sus padres, Felipe IV y Mariana de Austria. Velázquez sitúa las figuras en precisas posiciones que juegan con la perspectiva y que son definidas por la iluminación. Esta última enfoca o suaviza las formas, creando una ilusión óptica de aire y espacio con una maestría inigualable.

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La aparente espontaneidad de la escena contrasta con la dificultad de interpretar su significado, que los historiadores del arte atribuyen a la defensa de la pintura como un arte noble, representado por la presencia de la imagen del artista entre los retratados. Haberse incluido entre la familia real fue considerado una movida audaz por parte de Velázquez, pues convierte una pintura ordenada por comisión real en un autorretrato, casi al estilo de los “photo bombs” que se han vuelto tradicionales en la fotografía moderna y, especialmente, en los “selfies”.

En muchos sentidos, “Las Meninas” es un vistazo a la vida diaria de la corte española, pues presenta una perspectiva que no es tradicionalmente asociada con la pintura. Esto es ilustrado en la cercanía de las meninas a la joven princesa. En los retratos tradicionales, las figuras son estratégicamente colocadas a cierta distancia los unos de los otros, dando un aire de aislamiento o soledad.

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Uno de los misterios interesantes de la obra es el hecho deque solo una figura de las representadas no ha sido identificada. Además del rey, la reina, la princesa y el artista, se encuentran plasmados en la obra el chambelán de la reina, don José Nieto Velázquez, en las escaleras.

Las damas que acompañan a la Infanta son doña María Agustina Sarmiento de Sotomayor (a la izquierda) y doña Isabel de Velasco (a la derecha). El gran misterio es sobre la figura que acompaña a la última dama, doña Marcela de Ulloa, la chaperona de la princesa, pues esta conversa con un caballero de escolta cuyo nombre se ha perdido en la historia. Algunos historiadores modernos creen que pudiera ser Diego Ruiz de Azcona. María Barbola y Nicolás Pertusato son las figuras de los enanos que se encuentran pintados en la esquina derecha.

Otra de las peculiaridades de la obra es su gran tamaño, midiendo 318 por 276 centímetros.La trayectoria de la obra es una de poco trauma, pues pasó directamente de la mano de la familia real a la posesión del Museo del Prado. El Prado abrió sus puertas en 1819, con el propósito de mostrarle al mundo el valor y gloria del arte español. La colección original fue donada por la corona, y como Velázquez fue el curador de la colección de arte del rey durante su vida, muchas de sus obras se encontraban en la colección. “Las Meninas” es una de las joyas del Prado, por lo que nunca ha sido prestada para exposiciones fuera del museo.


EDITORIAL

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El Museo Nacional del Prado es uno de los grandes tesoros de la capital española. La experiencia de visitar esta institución es abrumadora para el turista que visita con poco tiempo. El tour recomendado por los guías del mismo es de tres horas en las que se pueden apreciar las principales obras de la colección.

Tres horas para disfrutar, a paso acelerado, de cincuenta obras en una edificación que exhibe alrededor de 1,300 piezas de una colección de más de 7,600. Tres horas en el Prado, como tres horas en el Louvre, el MET o el National Gallery de Londres, no son suficientes.

Tres horas, como dos páginas, no son suficientes para realmente apreciar todo lo que esta experiencia tiene que dar. Desde su apertura en 1819, el Prado ha sido el hogar de obras de artistas globales del mayor calibre, pero su enfoque ha sido siempre glorificar y preservar el arte español, por lo que abundan piezas de artistas como Francisco de Goya, Diego Velázquez, El Greco, Titian o Hieronymus Bosch. La joya de la colección es “Las Meninas” de Diego Velázquez.

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