El Director Ejecutivo del Metropolitan Museum of Art se formó en Historia del Arte y Administración de Empresas en la Universidad de Viena, la ciudad natal del historiador austriaco de 52 años.
texto Denisse Paradís fotos Fuente Externa
Hay casos en los que vemos la trayectoria de una persona y simplemente no podemos imaginarnos a alguien más desempeñando el puesto que ocupan, Max Hollein es justamente eso para el Metropolitan Museum of Art (MET). Fue nombrado Director de la prestigiosa institución en abril del 2018 y, desde entonces, ha marcado un antes y un después en más de un aspecto de su historia.
Entre sus responsabilidades está guiar la visión artística del Museo Metropolitano de Arte y todas sus iniciativas de programación, investigación y colección. Es quien supervisa cada departamento del MET, sus exhibiciones, actividades educativas y de divulgación pública, proyectos digitales, publicaciones, imagen y diseño. Como vemos, una dirección multidisciplinaria requerida por uno de los museos más grandes y arraigados del mundo.
Escalando hacia el MET
Hollein se formó en Historia del Arte y Administración de Empresas en la Universidad de Viena, la ciudad natal del historiador austriaco de 52 años.
Bajo su manga tiene más de 20 años de experiencia en la dirección de museos. Empezó su carrera trabajando en el periódico Der Standard y, luego de culminar sus estudios, se mudó a New York. Allí ocupó el cargo de director de proyectos de exposiciones en el Museo Solomon R. Guggenheim. Años después, dirigió simultáneamente el Schirn Kunsthalle, el Städel Museum y el Liebieghaus en Frankfurt, Alemania, como director y CEO. Posteriormente se convirtió en director de dos museos de San Francisco: el De Young y el Legion of Honor. También fue director y CEO del Museo de Bellas Artes de San Francisco.
Aparte de esto, Hollein ha organizado importantes exposiciones de arte moderno y contemporáneo. Pertenece a los consejos de supervisión y asesoría de las principales instituciones culturales de todo el mundo, y fue nombrado Caballero de la Ordre des Arts et des Lettres por el Ministro de Cultura francés en el 2009, entre otros reconocimientos.
Todo esto, en conjunto con su impecable reputación en cada proyecto que lideraba, lo calificó de manera excepcional para su nombramiento en el Museo Metropolitano de Arte en 2018.
Su visión inclusiva e innovadora
Las instituciones que Max Hollein ha dirigido tienen algo en común: todas experimentan un crecimiento importante y una mayor asistencia durante su mandato. Esto se debe a la programación visionaria, adquisiciones pioneras y rigurosa gestión fiscal que tiene como marca el historiador en su trabajo.
En un artículo del New York Times se habla de su énfasis en las múltiples formas de ver el arte, y de su determinación de romper las fronteras entre los departamentos tradicionalmente aislados del museo. Un ejemplo de esto es que, tras varias iniciativas, ha ampliado la definición de arte contemporáneo para incluir obras de todo el mundo en dicho espacio.
Para Hollein, el tener una de las colecciones más grandes implica la obligación de contextualizarla con respecto a las narrativas que proporciona. “Quiero asegurarme de que no sea solo una voz, sino múltiples voces”, dijo en una entrevista, poniendo en evidencia su deseo de avanzar, de manera proactiva, hacia una presentación más inclusiva de la historia del arte, en todos sus períodos.
No es sorpresa que hoy, a tan solo tres años de iniciar su mandato, sea aclamado por ser la definición de “un director del siglo XXI’’. Más que la enorme responsabilidad que tiene entre manos, son su visión revolucionaria, su perspectiva audaz y su don para innovar y transformar lo que lo convierten en un grande. Tal como dijo Darren Walker, presidente de la Fundación Ford, Max Hollein personifica un nuevo día para el Metropolitan Museum of Art.
