Comportamientos sociales que históricamente se han implantado en las sociedades y que van en perjuicio de las personas envejecientes, de eso se trata el edadismo. Los expertos lo definen como un conjunto de estereotipos y prejuicios basados en la edad, que presupone que las personas que han alcanzado una edad determinada sienten y piensan de la misma manera, asumiendo, de esta forma, que sus intereses y necesidades son las mismas.
Partiendo de esta premisa, el edadismo se presenta como un conjunto de comportamientos basados únicamente en la edad, comportamientos que con frecuencia excluye las capacidades de las personas mayores, invisibilizándolas, excluyéndolas e infantilizándolas en el trato que se les da, asumiendo que estas son frágiles e incapaces de valerse por sí mismas.
La problemática del edadismo hoy es abordada por la cinematografía como una crítica social, una forma de llevar un mensaje a través de la pantalla, que refleja que las personas de la tercera edad son tan funcionales como cualquier adulto en sus años óptimos.
El interno (The Intern), por ejemplo, una cinta hollywoodiense protagonizada por Anne Hathaway y Robert De Niro, que presenta de manera satírica la historia de Ben (De Niro), un hombre de 70 años de edad quien decide introducirse al mundo laborar luego de llegar a la conclusión de que vivir como jubilado no era lo suyo. La cinta, un éxito taquillero del año 2015, es una crítica social que aborda los problemas sociales y las trabas que hoy enfrentan las personas de la tercera edad, solo por pertenecer a un grupo de edad determinado.
Pero es la más reciente producción de HBO, para su plataforma de streaming HBO Max, la que se ha convertido en la serie del momento, reflejando el edadismo desde el punto de vista social y laboral, con And Just Like That, el spin-off de la popular serie de finales de los 90, Sex and the City.
Protagonizada por Sarah Jessica Parker, Cynthia Nixon y Kristin Davis, junto a un selecto elenco de actores, la producción entra en la vida de los personajes a casi dos décadas del gran final de la popular serie que revolucionó la percepción del amor y el sexo en la ciudad de Nueva York.
Sin embargo, contrario a la producción antes mencionadas, la segunda temporada de la serie ha sido fuertemente atacada por reflejar prejuicios a las personas mayores de 60 años, particularmente en su cuarto episodio, donde Carrie (Sarah Jessica Parker) se rehusa a participar del lanzamiento de la revista ‘Women our age’ (mujeres de nuestra edad), una iniciativa de Enid, la editora retirada de la revista Vogue, y quien fuese la mentora de Carrie en su transición de columnista sobre el sexo en la ciudad de Nueva York a escribir para la prestigiosa revista de moda.
El episodio, cargado de prejuicio y comentarios negativos hacia las mujeres mayores de 60 años, cayó como un balde de agua fría a la crítica, especialmente, a las mujeres de la industria cinematográfica que vienen luchando contra la costumbre hollywoodiense de solo colocar mujeres jóvenes en papeles protagónicos, limitando así los roles a los que pueden optar las actrices mayores, en particular las que pasan de los 40 años de edad.
Y, entre la retórica de Carrie y su papel de viuda, sus amigas tratándola como una infante que no puede valerse por sí misma, y la tendencia reacia de los personajes en And Just Like That de ser vistos o comparados con envejecientes, los fanáticos de la popular franquicia hoy piden a gritos el regreso de la Carrie de Sex and the City y la narrativa del show original que buscaba, en cada episodio, desmontar prejuicios sociales a través de las posturas de sus personajes.
Otros títulos, como es el caso particular de Grace and Frankie, una serie de la plataforma de streaming Netflix, aborda la historia de dos amigas que se enfrentan a los cambios de la vida al entrar en la tercera edad, una realidad que les golpea aún más fuerte por ser mujeres mayores en el siglo XXI.
Grace and Frankie es la serie que se ha tomado como punto de referencia en la crítica a And Just Like That, dado que los productores de esta sátira han abordado los problemas sociales de forma jocosa, pero sin dejar de lado la invitación a reflexionar sobre el edadismo y los daños que esta tendencia causa en las personas de la tercera edad.
