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Tea at The Plaza Hotel:Una sofisticada y elegante tradición en New York City

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La hora del té: una costumbre inglesa que se remonta a la era victoriana y que ha sido acogida por otras culturas de alrededor del mundo por ese elemento de sofisticación y elegancia que agrega al momento de la merienda de media tarde. El Plaza Hotel, en New York, es uno de los establecimientos que ha hecho suya esta costumbre y la ha convertido en un must experience al visitar el prestigioso Hotel Plaza de Nueva York.

The Plaza Hotel es una de las edificaciones más icónicas de New York City, ubicado en la icónica quinta avenida, justo en frente a Central Park; y cuenta con una historia que viene escribiéndose desde hace más de un siglo, abriendo sus puertas por primera vez el 1ro de octubre de 1907.

Tea at the Plaza

El Plaza es hoy sinónimo de lujo y elegancia, por lo que no es extraño que sea uno de los establecimientos de hospitalidad favoritos de las estrellas del cine, la televisión y la música que visitan esta ciudad, de las más populares del mundo.

Su delicado diseño de estilo neorrenacentista, le da a esta estructura una apariencia similar a los castillos construidos en Francia durante la época del Renacimiento. Cuenta con una ubicación privilegiada, en el mismo corazón de la Gran Manzana, y su historia en la ciudad que nunca duerme le ha convertido en uno de los lugares de interés favoritos para quienes visitan esta popular metrópoli.

Por más de un siglo, The Palm Court ha sido el destino idóneo para disfrutar de la hora del té, siguiendo la centenaria tradición que nace en el imperio británico durante el reinado de la legendaria reina Victoria. Allí, los visitantes se deleitan y se sumergen en la tradición, con una variedad de más de 25 tipos de tés, sándwiches  y aperitivos, de un menú diseñado para enamorar el paladar; el complemento ideal, entre encanto y sofisticación, para una tarde perfecta.

Tea at the Plaza

El establecimiento forma parte de la icónica estructura del legendario hotel que ha jugado un papel crucial en la historia de la ciudad, así como en el cine neoyorkino y hollywoodiense. The Palm Court ha diseñado una atractiva oferta para los comensales, para el disfrute de una experiencia sin igual en la Gran Manzana.

La historia de la hora del té se remonta a sólo unos meses de la apertura del icónico hotel, en enero de 1908. Fue allí donde Gladys Vanderbilt, una socialité de la época, hija del magnate Cornelius Vanderbilt II, aceptó contraer matrimonio con László Széchenyi, quien entonces fungía como ministro húngaro para Reino Unido. 

Para celebrar la ocasión, junto a otras parejas, Vanderbilt y Széchenyi decidieron tomar la hora del té en el icónico Palm Court del Hotel Plaza, una hazaña que llevó a una multitud a amontonarse en los corredores del hotel, en busca de unirse a la hora del té. Desde entonces, según reportó más tarde The New York Times, más de 3,000 personas se dieron cita al Hotel Plaza en busca de vivir esta entonces inusual experiencia neoyorquina. 

Tea at the Plaza

Las tardes de té en Inglaterra tienen su origen, sin embargo, durante el reinado de la reina Victoria, entre 1837 y 1901, cuando una crisis de hambruna llevó a la población a comer pequeños bocados de alimentos acompañados de té en horarios de la tarde y noche, para combatir el hambre. Pero lo que comenzó como un medio para la supervivencia, terminó convirtiéndose en un hábito

Más de cien años después de su introducción en el continente, está ya establecida tradición continúa más fuerte que nunca, atrayendo cientos de amantes del lujo a las instalaciones del histórico hotel, con la única finalidad de disfrutar de la hora del té en el establecimiento que popularizó una costumbre británica en América, y convirtió en costumbre el disfrute de un buen té en el centro histórico de New York City.

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Ebel Echavarría
Ebel Echavarría
Periodista formando en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Amante del arte, la cultura, el cine, la música y la literatura. Amo contar historias y conocer personas con una visión y misión en la vida. Soy extrovertidamente introvertido.
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