InicioEntrevistas50 años de historia artística y cultural

50 años de historia artística y cultural

Es un deber insoslayable de todos los gobiernos del mundo propender a la exaltación de los valores del espíritu para crear en el seno de las naciones la fuerza civilizadora que ha de conducir a cada pueblo a la cristalización de sus más altos sueños culturales.

– Dr. Joaquín Balaguer

Pese a que las artes escénicas dominicanas cuentan con una historia ligada al desarrollo sociocultural del país, con la creación de ritmos y expresiones artísticas que hoy son parte del ADN del dominicano, existe un antes y un después en la concepción de estas manifestaciones en el país; y esa división se marca con la construcción y fundación del Teatro Nacional de Santo Domingo, como se le bautizó al momento de su inauguración el 16 de agosto de 1973.

Pocas obras de los gobiernos pasados y contemporáneos han sido tan trascendentales como el Teatro Nacional. Su construcción representa más que una promesa de envergadura política, fue un compromiso con la sociedad que perseguía el objetivo de crear un espacio donde pudieran desarrollarse las manifestaciones artísticas como el teatro, la danza y la música que, hasta entonces, se realizaban, en mayor medida, en plazas públicas, o como sucesos aislados desligados de la promoción del arte y la cultura nacional.

Cultura
Dr. Joaquin Balaguer junto a Teofilo Carbonel

Es probablemente, una de las edificaciones que guarda la más valiosa historia artística y cultural dominicana. Su historia comienza a escribirse antes de que se levantaran sus primeras vigas; antes de que se diera el primer picazo para su construcción. Fue una convicción del entonces presidente de la República, Dr. Joaquín Balaguer, motivada por la necesidad de la sociedad dominicana de llenar un vacío que, desde la misma fundación de la nación, habría existido en la cultura y el arte de los dominicanos. Más que una promesa, fue una necesidad de una sociedad que buscaba elevar el nivel cultural de sus artistas en momentos de grandes cambios artísticos, sociales y políticos alrededor del mundo.

Teatro Nacional
Aida Bonnelly de Díaz

Su construcción estuvo a cargo del arquitecto dominicano Teófilo Carbonell, quien para dar con el diseño idóneo de una obra trascendental para la cultura dominicana, y que fuese sostenible de cara al futuro, se dispuso recorrer el mundo en una labor de investigación que perseguía la adquisición de los conocimientos necesarios para poner en marcha una estructura de esta magnitud. Esta aventura le llevó a recorrer, junto al Subsecretario de Estado, Aliro Paulino, encargado de asuntos culturales y estéticos del gobierno de Balaguer, naciones de Centroamérica, Sudamérica, Estados Unidos y Europa.

Es así como Carbonell llega a encontrar inspiración de la actividad escénica internacional en el Teatro de Colón, de Bogotá; el Teatro de Los Fundadores, en Manizalesa; y el Teatro Tobón, en Medellín, todos en Colombia, que captaron su atención por una acústica excepcional, el acogedor diseño de sus salas y las instalaciones de luz y sonido que encontró en los mismos. Adicionalmente, se inspira en el Teatro Nacional de San José, Costa Rica; el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid; el Gran Teatro del Liceo de Barcelona; el Auditorium de Palma de Mallorca; y otras obras trascendentales de Alemania, Holanda y Suiza, donde le cautiva la modernidad del Teatro de Ginebra, uno de los más adelantados a la época, en términos tecnológicos.

El escenario de las estrellas

Cultura
Delta Soto en escena

Por sus escenarios han desfilado grandes producciones artísticas, grandes representantes de la danza, la música y el teatro. Fue la plataforma en el país que acogió a la gran representante de la danza inglesa del siglo XX, Margot Fonteyn, durante su visita al país en octubre de 1975; y la legendaria Alicia Alonso, primera bailarina absoluta de la región, y fundadora del Ballet Nacional de Cuba, quien bailó en el Teatro Nacional en febrero de 1976.

Fue, además, el escenario idóneo para relevantes instituciones de la danza internacional como el Ballet Real de Dinamarca, el Ballet de Maurice Bejart, El Dance Theater de Harlem; el Ballet Folklórico de Senegal, la Ópera de las Américas y The Washington Ballet, entre otros representantes de la danza clásica.

Cultura
Noche de inauguración, 16 de agosto de 1973.

Ha sido escenario de grandes intérpretes de la música clásica como Luciano Pavarotti, Plácido Domingo, Norma Leandro y Carmen Montejo. Acogió, además, a grandes de músicos criollos como Fausto Cepeda y el más grande tenor dominicano, Francisco Casanova.

Figuras que han hecho historia

Desde su fundación, se ha convertido en la casa que alberga lo mejor del talento nacional. Ha sido el escenario para el despliegue de lo mejor de la música, la danza, el teatro; llenando sus salas de melodías, risas y las más profundas emociones que afloran cuando los sentidos se ven expuestos a ese factor sensibilizador que poseen las artes.

En abril de 2006, bajo la promulgación de la Ley del Congreso Nacional No. 177-06, el Teatro Nacional es designado con el nombre del gran barítono dominicano Eduardo Brito, quien destacó en el escenario internacional por su potente voz y sus armoniosas interpretaciones. Y hoy sus salas rinden homenaje a los más grandes dominicanos que han formado parte de su historia.

Sala Carlos Piantini

Cultura

Su sala principal rinde homenaje al gran maestro dominicano que se convirtió en el primer director del teatro. Se ubica en el centro de esta imponente obra y se puede acceder a la misma desde todos los niveles del teatro. Posee una capacidad para una audiencia de 1,589 personas, por lo que es la sala más grande del Teatro Nacional.

Sala José de Jesús Ravelo

Teatro Nacional

Conocida popularmente como Sala Ravelo, rinde homenaje al gran maestro, compositor y director de banda dominicano que vivió entre 1876 y 1951. Un hombre autodidacta, con vasto conocimiento sobre la cultura musical del país y quien, además, es considerado como uno de los dominicanos con mayor conocimiento de música de la historia.

Sala Aida Bonnelly De Díaz

Cultura

Ubicada en el cuarto nivel, es un espacio originalmente dedicado a conferencias, charlas y exposiciones de música. Nombrada en homenaje a la primera mujer en ocupar el puesto de directora del Teatro Nacional de 1979 a 1983, periodo en que se creó esta sala que ella misma llamó “Cultura”. Bonnelly De Díaz fue, además, una destacada pianista, concertista, narradora, musicóloga y gestora cultural dominicana.

Bar Juan Lockward

Cultura

Un espacio que nace junto con la estructura del Teatro Nacional y que ha sido utilizado históricamente para celebrar eventos sociales y culturales del Ministerio de Cultura. En 2011, bajo la administración del entonces director Erasmo (Niní) Cáffaro, se propone cambiar su nombre para rendir tributo al compositor dominicano Juan Lockward; una solicitud que fue acogida por el entonces ministro de Cultura, José Rafael Lantigua. 

Medio siglo después el Teatro Nacional arriba a sus primeros 50 años, un milestone alcanzado gracias a la dedicación y esmero de los artistas y administradores que han formado parte de su historia, y hoy nos toca a nosotros celebrar el valor artístico y cultural que ha traído a la sociedad dominicana esta importante obra de incalculable valor. 

Y como dijo Balaguer, “A todos corresponde ahora la tarea permanente de conservarlo en su bella magnificencia, como corresponde a los pueblos que aman las manifestaciones genuinas del arte”.

Ebel Echavarría
Ebel Echavarría
Periodista formando en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Amante del arte, la cultura, el cine, la música y la literatura. Amo contar historias y conocer personas con una visión y misión en la vida. Soy extrovertidamente introvertido.
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