Fotos: Fuente externa
La mayoría de niñas alguna vez en la vida han soñado en convertirse en una hermosa princesa y vivir un cuento de hadas junto al añorado ‘príncipe azul’… Pero los años hacen que uno choque con la realidad y asimile que no todo lo que se suele desear se vuelve real.
Para suerte de muchas, hay jóvenes que tienen la dicha de cumplir este sueño y disfrutar como toda una reina, esto pasa más en la realeza, donde sus miembros están acostumbrados a un estilo de vida digna de reyes, entre opulencias, castillos, carruajes, personal de servicios, fastuosas fiestas, trajes de gala, eclécticas joyas, en fin, un sinnúmero de beneficios que tienden a disfrutar los monarcas como parte de una tradición que lleva siglos.

Aunque hay unos tesoros que siempre llevan en sus cabezas, las monarcas con los títulos nobiliarios de reinas, princesas y duquesas, lo que aporta más belleza a su figura y son: las tiaras de la monarquía, estas coronas que desbordan un fulgurante brillo de cada una de las piezas que la adornan. Los tocados ostentan diferentes formas y piedras preciosas que proporcionan mucho esplendor a estas obras de arte.
Historia

La historia de las diademas es bastante amplia y asombrosa. A lo largo del tiempo, hemos podido ver de distintas clases que han sido llevadas por royals en las ocasiones más importantes de su vida, como por ejemplo, la boda de la princesa Diana de Gales con el Príncipe Carlos, para ese entonces, ella tenía puesta una reliquia familiar propiedad de su propio linaje, la ‘tiara Spencer’. Aunque se decantaba por usar casi siempre la ‘Nudo de Amor de Cambridge’ integrada por 19 arcos de diamantes con perlas entrelazadas.

De forma especial, la tiara ‘Nudo de Amor de Cambridge’ fue creada por encargo de la reina María de Inglaterra. Luego de transcurrido el tiempo, la heredó su nieta, la reina Isabel II, y recientemente, se le ha visto a la duquesa de Cambridge, Kate Middleton.

Entre la variedad que porta la familia real británica está la ‘tiara Flor de Loto’ es la predilecta de la princesa Margarita. Lo encantador de esta joya son sus detalles egipcios, y la ‘Halo Scroll’ de Cartier, confeccionada en 1936 y escogida para coronar a la duquesa de Cambridge el día de su matrimonio.


Otras piezas deslumbrantes

Desde la antigüedad se han usado estos accesorios siendo los más emblemáticos: la ‘tiara Camafeo’ de la familia real de Suecia, una diadema minada en oro con siete delicados camafeos bellamente incrustados por un marco de perlas naturales que Napoleón obsequió a la emperatriz Josefina en 1809. La nieta de la emperatriz, Josefina de Leuchtenberg, la recibió y la aportó a la familia real sueca cuando contrajo nupcias con el rey Oscar I de Suecia y Noruega. Desde entonces, la han llevado muchas de las mujeres de la casa del rey Carlos Gustavo, desde la princesa Brígida en sus casamientos en 1961 hasta la princesa Victoria en las suyas en 2010.

No obstante, no todas las casas reales manejan de esta manera sus joyas históricas. La casa imperial de Japón otorga a cada miembro femenino de la familia su tiara propia, ya sea cuando ingresan en la dinastía, a través de un casamiento o al cumplir 20 años. Una de las incorporaciones más recientes al tesoro real fue el regalo que obtuvo la princesa Kako de Akishino por su cumpleaños, un juego todo en blanco con volutas incrustadas de diamantes, pendientes, broche, brazalete y, por supuesto, tiara, todo diseñado por Mikimoto.

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