Fotos: Cortesía del entrevistado y Víctor Boyko
CREATIVO.
Una de las promesas de la arquitectura mexicana descansa sobre los hombros del talentoso Mauricio Kirschner, quien se ha destacado por su gran capacidad para crear espacios auténticos, inimaginables y efímeros. Todo comenzó a muy temprana edad cuando se decantaba por la decoración, al confesarnos que: “Me metía a casas en construcción y obras, porque el tema de la distribución de espacios era mi interés. Después, tomaba mis cuadernos y dibujaba residencias, tiendas y espacios decorativos”.
Desde allí su pasión incrementó, por lo que decidió aventurarse y materializar su sueño, al cursar la carrera de Arquitectura e Interiorismo en el ITESO, en Guadalajara, y luego se matriculó en varios cursos de arte y diseño en Londres, Shanghái y Nueva York.
En 2007, Mauricio fundó su propia firma arquitectónica llamada MRK. Algo inesperado pasó haciendo que su vida diera un giro total: y es que, de manera inesperada, se adentró al mundo de la organización de eventos. “Empezamos haciendo festejos muy grandes, e inmediatamente después del primero, nos contactaron para organizar 16 bodas sin haber concluido la primera”, asegura.
Esto lo llevó a establecer en el mercado mexicano a House of Kirschner, una compañía a la que define como: “Un atelier que crea eventos de lujo, impulsados por la arquitectura e interiorismo, capaces de diseñar y producir todo lo que se pueda desear”. Hoy en día goza de ser uno de los wedding planner más afamados de América Latina.
Mauricio Kirschner es un hombre que no conoce de límites, por eso fue una de las mentes creativas detrás de “Transatlántlico” de Gallerie Philia, en cuya exposición se vivía una experiencia inmersiva, conectando puentes comunicativos entre estudios de diseño de Latinoamérica con Europa.
