ENIGMÁTICO.
“Con ‘Joker’ se hace un llamado de auxilio”.
Nuestras páginas se engalanan con un genio de la actuación que traspasó los límites, por su sublime interpretación de Arthur Fleck en “Joker”, un personaje que lo ha posicionado en la cúspide del estrellato artístico y le mereció su primer Premio Oscar.
fotos: Rich Fury, Stephane Cardinale, Kevin Winter, Dianna Whithley, Jim Smeal, Taylor Hill, Gotham, Alessandra Benedetti y Fuente externa.
“Para ser honesto, lo del ‘Joker’ no fue una decisión fácil, al principio. No tenía la menor idea, pero después hubo algo que terminó atrayéndome de a poco, a medida que fue evolucionando todo, con la preparación, se volvió en algo que nunca antes había anticipado y resultó una de las más grandes experiencias de toda mi carrera”.
No todos tenemos gratos recuerdos de nuestra infancia. Las cosas “especiales”, que se suponen debe vivir un niño en esta etapa, no siempre son como se idealizan. De esta situación no quedó exento el actor, Joaquin Phoenix, quien vivió junto a su familia momentos amargos durante este período. Nació un 28 de octubre de 1974, en la ciudad de San Juan, Puerto Rico. Era el tercero de cinco hermanos: River (1970), Rain (1973), Liberty (1976) y Summer (1978). Su padre fue John Bottom, de origen irlandés (1947-2010), y Arlyn Sharon Dunetz, nacida en el Bronx, Nueva York, (1944).
Para aquel entonces, cuando Joaquin Rafael Bottom (su nombre real), llegó a este mundo, sus progenitores pertenecían, desde 1973, a una secta religiosa llamada: Los Niños de Dios. Ellos eran misioneros (al estilo hippie) y pedían dinero en las calles para dar de comer a sus vástagos, mientras que River y Rain cantaban y tocaban la guitarra en la calle, para obtener algunas monedas. Como parte de sus funciones en esa herejía, ellos debían recorrer gran parte del continente americano.
La familia viajó a Venezuela, donde nació Liberty, ahí eran “evangelizadores nómadas” pero, al poco tiempo, sus padres se desvincularon de ésta, al desencantarse por los actos que promovían, como: el amor libre y la práctica del sexo entre los demás miembros, incluyendo a los niños. Fue el mismo River, que en una ocasión declaró a la prensa que, a sus cuatro años, tuvo su primer contacto sexual.
Estos episodios marcaron de forma negativa la vida de cada uno de ellos, por lo que sus padres decidieron irse escondidos en un barco de cargamento a los Estados Unidos y, a su llegada, cambiaron su apellido, Bottom, por el de Phoenix (que significa “el ave que resurge de sus cenizas”).
Asentados allí, su padre empezó a trabajar como arquitecto paisajista, mientras que su madre consiguió un trabajo en la NBC, como secretaria de un agente de casting, lo que condujo a que sus hijos ingresaran al mundo de la actuación y adquirieran sus primeros papeles.
En el caso de River, su carrera profesional le permitió a sus seres queridos salir de la pobreza. Rápidamente, se convirtió en un joven promesa de la actuación. Su primera aparición en los medios fue un programa de televisión llamado Fantasy, donde cantó junto a su hermana Rain.
Dos años más tarde, actuó en la serie de NBC Seven Brides for Seven Brothers (junto a su hermano Joaquin). Posteriormente, estuvo en el telefilme Celebrity, otros trabajos que se le sumaron fueron: The Riddle of Dyslexia, It’s Your Move, Robert Kennedy and His Times, Surviving: A Family in Crisis. Luego, dio un salto al cine con la película Explorers. De ahí en adelante, cosechó muchos éxitos con importantes producciones.
Lamentablemente, no duró mucho para contarlo y es que, la noche del 30 de octubre de 1993, él, Samantha Mathis (su novia en ese entonces), Rain y Joaquin (“Leaf”, como se hacía llamar) lo acompañaron a The Viper Room, un club nocturno de Hollywood. Durante la fiesta, River informó que se sentía un poco mal pero, cuando querían llevarlo a casa, afirmó que ya había mejorado. Minutos más tarde, se escucharon gritos de desesperación fuera del local y ahí estaba él, tirado en el suelo, teniendo convulsiones.
Sus hermanos presenciaron ese trágico suceso. Joaquin llamó al número de emergencias para pedir auxilio. River fue llevado al Hospital Cedars-Sinai donde, tras varios intentos por reanimarlo, fue declarado muerto a sus 22 años. La causa: sobredosis de estupefacientes, un hecho que conmocionó a la industria del cine y enlutó de por vida a sus familiares.
En lo que respecta a la carrera como actor de Joaquin Phoenix, sus 38 años en la palestra pública le han permitido descollarse en este arte, al interpretar relevantes personajes en distintas películas. Su capacidad actoral no tiene límites. Cuando tiene que participar en una producción, trata de dar lo mejor de sí, no solo para generar un buen impacto en los demás sino, más bien, por sentirse satisfecho consigo mismo.
Por su impresionante talento, ha sido reconocido en importantes escenarios, tales como: Premio de la Crítica Cinematográfica al Mejor Actor de Reparto (2001) por Gladiator; recibió la Copa Volpi al Mejor Actor en el Festival de Cine de Venecia (2012) por The Master; un Grammy por Mejor recopilación de banda sonora para película, televisión u otro medio (2005) por Walk the Line y, en el Festival de Cannes, obtuvo el galardón a Mejor interpretación masculina (2017) en You Were Never Really Here.
“El ‘Joker’ no es el héroe. Se comporta de una manera repugnante, pero no podemos apartarnos de intentar entenderlo”.
Pero ha sido su magnífica interpretación de Arthur Fleck en “Joker” (2019), dirigida por Todd Phillips, que lo ha situado en la cúspide de la industria del séptimo arte, por su nivel actoral y las transformaciones emocionales, psicológicas y físicas, como perder 23 kilos, a las que se sometió para encarnar a este atípico personaje que, víctima de abusos en su niñez, se convirtió en un sanguinario criminal.
Este papel lo hizo merecedor, en este año 2020, de varias premiaciones: Un Oscar como Mejor Actor, Un Globo de Oro a Mejor Actor – Drama y Mejor Actor en los premios BAFTA, Premios del Sindicato de Actores (SAG) y Premios de la Crítica Cinematográfica, respectivamente.
Joker
“Lo que me gusta de la película ‘Joker’ es la cantidad de reacciones que produce en la gente. Hay algo emocionante en este filme y es que requiere que la audiencia interactúe con el personaje de distintas formas”.
Nadie entendía el porqué de su forma, ni qué lo había llevado a convertirse en un ser despiadado sin alma. Pero es que nadie se detuvo a tan siquiera interesarse por conocer su historia y lo que había detrás de ella. Era más fácil emitir juicios despectivos sobre su persona, discriminarlo por su apariencia y hasta maltratarlo emocionalmente, en vez de tenderle una mano y ayudarlo. Algo tan simple como un saludo, un trato afable o una expresión de cariño, hubiese sido suficiente para cambiar el rumbo de su triste historia y evitar tantas desdichas.
Lastimosamente, él nos sedujo el alma con su desgracia, a tal punto de envolvernos entre las garras de un mal que lentamente fue destruyendo sus ganas de vivir: la depresión. Esta enfermedad, que no conoce de estatus social, ni edad, ni género, solo sabe que tiene por objetivo envenenar la mente de personas, que tal vez no tienen la inteligencia emocional fortalecida para afrontarla y no encuentran la manera escapar de sus entrañas.
Arthur Fleck (personaje que, magistralmente, encarnó Joaquin Phoenix en el thriller psicológico “Joker”), nos enseñó que la depresión no tiene un solo rostro y puede estar presente en cualquiera de nosotros, lacerándonos por dentro de forma lenta mientras que, por fuera, jugamos a ser felices y le sonreímos cada día al “mundo perfecto” en que vivimos.
La raíz del problema siempre estuvo en su infancia. A penas era un niño, un ser inocente que solo necesitaba de atención y ser amado, quien no tenía la culpa de nada de lo que pasaba a su alrededor, por el simple hecho de que nunca pidió haber nacido. Pero el destino le había tendido una trampa y él no pudo evitar caer en la miserable vida que le esperaba, una marcada por la desigualdad social, la indiferencia, la tragedia y los abusos, tanto físicos como emocionales.
Fue moldeando su personalidad y conducta conforme a las penurias que enfrentaba en su diario vivir, ya que los momentos felices en su vida eran tan efímeros como el paso de una estrella fugaz. En su desesperación por encontrar una solución a lo que le afectaba, no tuvo de otra que canalizar todo su sufrimiento y convertirlo en ira, producto del odio y resentimiento que albergaba en su interior, haciéndole cometer barbaridades que, de una forma u otra, lo llenaban de cierta tranquilidad y hasta de una preciada paz.
Él deseaba ser comediante, pero siempre fallaba en sus intentos, no era del gusto popular. En vez de causar gracia, lo que causaba era rechazo y burlas. El no ser aceptado en una sociedad discriminante y excluyente de por sí, lo hacía sentir más vulnerabilizado en todos los sentidos. Sin duda, esto lo convirtió en un sádico criminal que mataba por venganza, siendo la sangre derramada un elixir que llenaba de sentido su maquiavélica y nefasta existencia.
Entre las escenas más épicas de la película está cuando trataba de transmitir alegría, por medio de su terrorífica risa, que solo generaba miedo. Arthur se escudaba detrás de la figura de un insípido mortal, que para los demás era incapaz de lastimar a alguien, sin imaginarse ellos que, sobre sus hombros, llevaba el peso de un gran sufrimiento que lo venía atormentando desenfrenadamente y del cual no tenía escapatoria: la locura se había apoderado de todo su ser. Ya era demasiado tarde.
La película “Joker” nos dejó dos grandes lecciones: primero, “Lo peor de tener una enfermedad mental es que todo el mundo actúa como si no la tuvieras”, y segundo, “¿Qué obtienes cuándo mezclas a un enfermo mental y a una sociedad que lo abandona y lo trata como a una basura?”.