Los periodistas Omid Scobie y Carolyn Durant en Finding Freedom, la biografía de los duques de Sussex que tanto el matrimonio como su entorno cercano ayudó a escribir, revela que el príncipe Harry no se sintió cómodo con los pantalones de su uniforme.
El príncipe Harry y Meghan Markle acababan de darse el sí quiero en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor cuando, al montar en su carruaje, el novio advirtió que su traje le iba justo. “Al sentarse en el carruaje junto a la novia, Harry bromeó con que los pantalones le quedaban demasiado prietos”, escriben los biógrafos de la pareja en el capítulo relativo a la boda, celebrada el 19 de mayo de 2018.

El incidente no sería más que una anécdota si el traje, confeccionado en una de las sastrerías de Saville Road, no se tratara del uniforme de los Blues and Royals, un regimiento de caballería del ejército británico del que es jefe la reina Isabel II y al que el duque de Sussex se unió en 2006 como subteniente.

Según los rumores en Los Ángeles, su vida militar es precisamente lo que más echa de menos el príncipe Harry desde que a principios de este año Meghan Markle y él decidieran abandonar la casa real británica y la reina Isabel II le retirara a su nieto sus honores militares. El príncipe Harry perdió a partir de entonces el derecho a usar sus uniformes como capitán general de los Royal Marines –un puesto en el que le ha relevado su tía, la princesa Ana–, comandante honorífico de la RAF, o comodoro jefe de la Marina, aunque, paradójicamente, sí podrá ponerse el de su boda, ya que el rango de capitán de los Blues and Royals lo alcanzó por méritos propios y no por su condición de miembro de la familia real británica.