Un faro de luz nacido en la cuidad de Santo Domingo el día 4 de julio de año de 1935, hija amada de los señores Juan Bautista Pittaluga Cambiaso y de Amada Nivar de Pittaluga. Su vida fue un poema tejido entre los pasillos del Colegio Instituto Escuela y la secundaria en el Colegio Santo Domingo, posteriormente para el 1953 ingresó en el Instituto para Laboratoristas Dr. Defilló..
Durante sus dos años de carrera logró desempeñar cargo de Monitora de Microbiología en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, recibiendo para el 1955 el Título de Laboratorista, un hito que marcó sus inicios.
El capítulo más emotivo de su vida se escribió cuando contrae matrimonio con el Dr. Octavio González Nivar. Juntos tejieron un legado de amor, dando vida a Patricia, María del Pilar, Jacqueline y Aimeé, quienes, con sus risas, regalaron diez nietos a esta pareja.
En julio del 1955 emigraron a Filadelfia en Estados Unidos, donde en el Presbyterian Hospital, con esfuerzo y dedicación, Amada brilló como encargada del Departamento de Microbiología.
Tres años más tarde desplegando sus alas en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y, en 1959, fundó su propio laboratorio, marcando el inicio de una travesía extraordinaria.
En el año 1971 el laboratorio se integró al Grupo Médico Asociado y Clínico Gómez Patiño momento en el que adquirió equipos automatizados como un Contador Hematológico, dando así los primeros pasos en la modernización del laboratorio clínico en el país.
Este laboratorio no era solo una empresa; era la esencia misma de Amada, lo que lo llevó a adquirir eficazmente una Certificación Internacional en el Sistema de Gestión de Calidad ISO 9001:2000, como una demostración de su compromiso con la calidad y para garantizar al cliente consistencia y excelencia en el servicio que ofrece. Con el tiempo la cartelera de servicios de este laboratorio se ha ido expandiendo, así como las sucursales que en diferentes puntos de la cuidad Santo Domingo se han ido estableciendo para mayor comodidad de sus pacientes.
Amada Pittaluga a lo largo de su vida destacó en congresos y cursos, acumulando 26 reconocimientos por su excepcional carrera. Su vida fue un compromiso constante con la actualización, una sinfonía de aprendizaje que resonó hasta el último de sus días, dejando tras de sí un legado de amor, dedicación y excelencia profesional.
