El ácido láctico es un ingrediente comúnmente utilizado en productos de cuidado facial debido a sus beneficios para la piel. Es un tipo de alfahidroxiácido (AHA) que se obtiene a partir de la fermentación de la leche, aunque también puede ser sintetizado.
El ácido láctico tiene propiedades exfoliantes suaves, lo que significa que puede ayudar a eliminar las células muertas de la piel y mejorar la textura, sin ser tan agresivo como otros exfoliantes. A diferencia de algunos otros AHA, el ácido láctico tiene una capacidad de retención de agua, lo que puede ayudar a mantener la piel hidratada y reducir la pérdida de humedad.
El ácido láctico puede estimular la producción de colágeno en la piel, lo que contribuye a mantener la elasticidad y la firmeza. También ayuda a aclarar las manchas oscuras y la hiperpigmentación, lo que puede mejorar la apariencia de las cicatrices del acné y las áreas de piel desigual. Al exfoliar suavemente y eliminar las células muertas de la piel, el ácido láctico puede mejorar la luminosidad y el brillo natural de la piel.
Es importante recordar que el ácido láctico es un AHA y puede aumentar la sensibilidad de la piel al sol. Por lo tanto, es fundamental utilizar protector solar diariamente para proteger la piel expuesta a los rayos UV mientras se utiliza este ingrediente en la rutina facial.
Si deseas incorporar productos con ácido láctico en tu rutina facial, te recomiendo hacer una prueba de parche en un área pequeña de la piel antes de aplicarlo en todo el rostro para asegurarte de que tu piel lo tolere bien. Además, si tienes alguna preocupación o problema específico de la piel, siempre es aconsejable consultar a un dermatólogo antes de comenzar una nueva rutina facial.
