Su nombre evoca la majestuosidad de la antigua Roma y, en cada rincón, una historia de amor y exquisitez espera ser contada. Inspirado por el legendario rey de Roma, este restaurante se erige como un oasis para los sibaritas, especialmente en la celebración del Día de San Valentín.
Aquí, los sentidos se despiertan con la promesa de una experiencia gastronómica sin igual, donde cada plato es una carta de amor a la autenticidad y la creatividad culinaria.
Desde el momento en que se atraviesa el umbral de Numa Pompilio, se abre un mundo de sofisticación y encanto. Hermosas pinturas adornan las paredes, espejos reflejan la luz tenue y cortinas gruesas susurran historias de romance.
La joya de la corona de Numa Pompilio es su terraza-jardín, un refugio de serenidad y belleza. Este oasis urbano, con su exuberante vegetación y su encantador ambiente, es el escenario ideal para una cena de San Valentín inolvidable.
Su propuesta gastronómica es una sinfonía de sabores y texturas, donde la cocina italiana se reinventa con toques viajeros y postres de escándalo. Desde el mítico vitello tonnato hasta la parmigiana de berenjenas, cada bocado es una explosión de deleite para el paladar.