El desfile de Chanel en la Semana de la Moda de París ha comenzado con un emotivo minuto de silencio en recuerdo del diseñador Karl Lagerfeld. Una propuesta invernal presentada en un entorno de fantasía que recrea un pueblecito de cuento nevado. Una colección conformada por chaquetas, vestidos y cazadoras de punto grueso alpino, pantalones de charol, plumíferos y el fucsia como novedad, botas de cuero y borreguito, vestidos de gasa largos de blanco invernal y bandoleras pequeñas, capas negras de lana y trajes pantalón en impecable blanco. Vuelven los collares largos de perlas con varias vueltas. La sorpresa del desfile tiene nombre español, Penélope Cruz ha desfilado para la firma con un conjunto en blanco y una camelia blanca en la mano, símbolo de la maison.
La firma ha tenido que salir a desfilar sobre la pasarela de la Semana de la Moda de París para presentar la última colección en la que trabajó Karl Lagerfeld. En esta colección es que más ha estado presente Karl y no solo por los diseños que han paseado de aquí para allá recordando su esencia en un Grand Palais que, después de haberse convertido en años anteriores en una pista de despegue de cohetes o en una playa, entre otros escenarios, trasladaba a los asistentes a la calma de un pueblecito alpino cubierto de nieve, a modo del mejor ambiente para homenajear la obra de Lagerfeld al completo como ilustrador, fotógrafo y artífice del imaginario de la marca. Montañas, árboles sin hojas, farolas, una plaza rodeada de casitas… no faltaba ni un detalle, ni siquiera aquellos esquís de Chanel que revolucionaron la industria aquel 2006, como guiño a las creaciones e ideas de Karl.