No hay mejor manera de celebrar nuestra dominicanidad que arriesgándose a explorar cada rincón de nuestro país, su historia y su cultura. Y qué mejor destino que uno lleno de la belleza natural de esta tierra caribeña, donde cada rincón, cada región, esconde maravillas naturales que dejan sin aliento a más de uno.
En el sur profundo de la República Dominicana, en la provincia San Juan de la Maguana, encontramos el destino perfecto de quienes buscan embarcarse en una aventura rodeados de la naturaleza y la belleza de los paisajes sureños del país. Allí llegamos al cañón del río Blanco, un atractivo destino para el ecoturismo rodeado de montañas verdes y balnearios color esmeralda.
Este idílico balneario se encuentra enclavado en la cordillera Central, formado por la presa de Palomino, construida en el año 2008 como una iniciativa para impulsar la producción y el uso de energías renovables, y está alineado por las aguas del río Yaque del Sur, en la referida provincia sureña.
La locación es un paraíso terrenal, cuyas aguas se alimentan de varias fuentes que integran de manera estratégica al Yaque del Sur en lo que los locales llaman “junte de los ríos”. Siguiendo el recorrido, en dirección al norte de la presa, nos encontramos con un espacio perfecto para acampar, ubicado en una zona conocida como Mirador del Cañón del río Blanco. El paisaje desde el mirador es perfecto para apreciar la belleza de la cordillera Central, y ha sido uno de los favoritos de los influencers de viajes que han colocado esta locación en el mapa como uno de los favoritos de viajeros del turismo interno y amantes de la aventura.
Tras la construcción de la presa de Palomino, el cañón del río Blanco pasó desapercibido por un tiempo; para entonces sólo era visitado con frecuencia por residentes de las zonas aledañas, como del Yaque, Arroyo Cano y San Juan de la Maguana. Pero luego de ser expuesto por cientos de viajeros en las redes sociales, los amantes del turismo de aventura y el ecoturismo lo han convertido en uno de sus destinos preferidos para una aventura inolvidable y, por qué no, unas buenas fotos.