Adelaide Cottage, es el nombre de la futura residencia del príncipe Guillermo y Kate Middleton. Construido en 1831 por el rey Guillermo IV para su esposa Adelaida y lugar que guarda una historia personal muy ligada a la reina, Margaret, y a su desafortunado amor por Peter Townsend.
Esta propiedad era el lugar favorito de la realeza, en el cual pasaban horas de felicidad por la cercanía que tiene con el castillo de Windsor, donde la reina Isabel II reside la mayor parte del año.
Después de la muerte del rey en 1837, la viuda no volvió a hacer la de antes. La cabaña, sin embargo, volvió a estar de moda poco después con la reina Victoria, quien a menudo disfrutaba tomando el té en la acogedora casa de campo. La soberana sentía tanto cariño por la propiedad que su amado perro Dash fue enterrado en los terrenos de la casa.
La princesa Margaret, solía frecuentar la propiedad con sus padres y su hermana Isabel. Con estas asiduas visitas la princesa Margarita o Margaret se enamoró perdidamente de Townsend. Pero no sería hasta 1950, que se produciría su divorcio de Rosemary Pawle.
A pesar de su honorable carrera, como escudero del rey Jorge VI no había posibilidad de que se casara con Margaret, como divorciado y con hijos., tanto es así que su relación encendió una gran polémica a principios de la década de 1950, atrayendo la atención de la prensa. Al final, la reina Elisabetta se vio obligada a negar el matrimonio a su hermana para mantener la estabilidad de la opinión pública frente a la familia real. Al no poder coronar su sueño de amor, la pareja finalmente se separó. Townsend se casó con una mujer belga, Marie-Luce Jamagne, mientras que siete años más tarde Margaret se casó con Anthony Armstrong-Jones. La hermana de Isabel, sin embargo, nunca encontró la paz ni la felicidad: como casada, planteó muchas relaciones extramatrimoniales y pronto su matrimonio naufragó públicamente. Hasta el punto de que el 11 de julio de 1978 las cuentas de Snowdon -este es el título adquirido por la pareja el día de la boda- no formalizaban su divorcio.
Adelaide Cottage es la residencia que después de siete años sin ser habitada, Kate y William han decidido habitar, prefiriéndola por encima de Frogmore House.
La casa fue remodelada en 2015, por lo que los duques de Cambridge no tendrían que hacer un gran desembolso a la hora de adaptarla a sus necesidades.
