InicioEntrevistasDr. Domingo Guerra: Las enfermedades neurodegenerativas

Dr. Domingo Guerra: Las enfermedades neurodegenerativas

Son un conjunto de trastornos estructurales que afectan diversas áreas del cerebro, cerebelo, tallo cerebral, columna vertebral y nervios periféricos. Hay que saber que en este mundo pospandemia todo ha cambiado y muchos de estos cambios involucran daños a los sistemas orgánicos del cuerpo humano, entre ellos las afectaciones en la percepción, procesamiento del pensamiento y las ideas. Por otro lado, la producción de autoanticuerpos posinfecciones virales, termina siendo dañina a componentes celulares que son vitales para el funcionamiento en general del organismo. Ahora mismo enfrentamos el desafío de la detección temprana de estas alteraciones moleculares que en un futuro se transformarían en enfermedades parcialmente invalidantes o definitivamente catastróficas.

El papel de los laboratorios ha sido un arma poderosa, aliada al médico; pero hoy en día tenemos que ir más allá, se hace necesario descubrir estas alteraciones moleculares que emiten señales de auxilio como los “marcadores celulares” que están presente en los tejidos y muchos de ellos pueden ser detectados en análisis sanguíneos.

En el caso de enfermedades neurodegenerativas, existen en la sangre de los pacientes muchos de estos marcadores en cantidades pequeñas (receptores celulares que tienen que ver con la degeneración de la neuronas como el ADRA-2, EL TREM, CSF, entre otros) y son verdaderas señales de peligro ante una gran amenaza al tejido nervioso. Así mismo hay otros marcadores que se producen en una gran cantidad de enfermedades crónicas, lo que permiten su diagnóstico temprano y el tratamiento a tiempo, con enormes posibilidades de cura y restauraciones completas y casi completas. Aunque todavía resulta muy novedosa la detección de señales bioquímicas, los aspectos analíticos son muy importantes en la detección temprana y prevención de enfermedades crónicas y letales.

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Así como cambia nuestro cuerpo y se pueden advertir señales propias de envejecimiento como la aparición de arrugas en el rostro, hay señales de cambio en el cerebro (como arrugas también). Estos cambios pueden iniciar con algunos síntomas vagos e imprecisos, como el temblor de un dedo, o pesadez de un miembro, etc., cosas que en la mayoría de los casos no tiene gran significado clínico, en otros casos los síntomas son más notorios, como olvidarte de los nombres de personas. Esto es bastante frecuente en personas que van entrando en edad cerca de los 50 o 60 años; en esta etapa es ideal un chequeo con el neurólogo. Otro punto importante relacionado es la inflamación y la fibrosis que le sigue, y se han relacionado enfermedades como el Alzheimer, Parkinson, esclerosis lateral amiotrófica, esclerosis múltiples, síndromes demenciales y enfermedades vasculares, entre otras, son el resultado de la inflamación, que tiene como base la liberación de ciertas sustancias llamadas citoquinas y quimioquinas inflamatorias que afectan todo el cuerpo.

La mejor noticia que tenemos es que todos estos daños se pueden revertir por completo o casi por completo, tratando las bases de las distintas alteraciones. La medicina de precisión con la que contamos hoy en día nos permite dirigir sustancias que inhiben o eliminan las proteínas anormales acumuladas, sustancias creadas por ingeniería genética o la ingeniería de composición de sustancias, las cuales son las mismas que usa el organismo para eliminarlas o inhibirlas. Significa que son sustancias totalmente naturales, totalmente biocompatible; esto quiere decir que es muy difícil que produzcan reacciones o daños a las personas tratadas. Además, estas sustancias son de bajo peso molecular y pequeñísimo tamaño, altamente selectiva, lo que implica que pueden penetrar con facilidad a cualquier tejido o células y llegar al objetivo que se persigue sin causar daños a estructuras, órganos cercas o junto al problemas que se desea resolver.

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Un ejemplo siempre viene bien: es el de un paciente joven adulto, quien sufrió de COVID-19 múltiples veces de manera sintomática. Posteriormente desarrolló períodos de ausencia y marcada disminución en la comprensión del lenguaje. La resonancia magnética reveló muchos cambios, reportó atrofias cortical y subcortical considerable, cierre de la artería vertebral derecha, oclusión marcada de la izquierda al entrar en el cerebro, así como múltiples daños a pequeños vasos cerebrales. Con este paciente se utilizó terapias de células madre, terapia genética y regeneración neuronal y cerebral, así como modulación inmunológica y terapia antiinflamatoria dirigida a reducir fibrosis cerebral. Al completar, se le repitió la resonancia que reportó corrección en todos los daños cerebrales vasculares, inflamatorios y fibróticos. Las arterias vertebrales permeables, los vasos inflamados se recuperaron, la atrofia cerebral se superó, normalizando la capacidad funcional cerebral, restableciendo pensamiento, comprensión del entorno y hacer correlaciones, recuperó memoria y equilibrio así como atención y orientación, volviendo a su trabajo con mejores condiciones. Y la aún mejor noticia es que este tipo de terapias se hacen cada vez más y son más asequibles para los pacientes.

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