Fotos: Julio César Peña
Deportista innato que ha dejado su legado plasmado en los deportes dominicanos participando de diversos certámenes de baloncesto nacionales e internacionales. Un atleta por naturaleza que comenzó su recorrido en el baloncesto tras ser descubierto en las canchas de tenis del Club Deportivo Naco, lo que le permitió construir una carrera que le llevó a ser merecedor del título de ‘Caballero del Baloncesto’.
Pasa del deporte a convertirse en un prestigioso ingeniero civil, responsable de la construcción de obras tan importantes como el Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano, un complejo dedicado a enaltecer a los atletas dominicanos desde diversas vertientes, iniciando con un recorrido por su etapa como deportista de alto rendimiento, pasando posteriormente por sus logros como atletas y, finalmente, celebrando el legado que le ha inmortalizado en su disciplina.
Así es Aldo Leschhorn, un hombre que ha vivido y ha disfrutado a plenitud lo que le apasiona, que ha sabido dejar una huella imborrable con sus aportes en la cultura del deporte dominicano pero que, sobre todo, ha sabido disfrutar de su vida personal en sus diferentes etapas.
Hijo, hermano, esposo y padre, Aldo atesora cada enseñanza de vida dejada por su progenitor, de quien aprendió a ser determinado, responsable y a enfrentar los desafíos de la vida con la frente en alto, enseñanzas que ha dejado en sus hijos para las generaciones por venir.
“Recuerdo que él (su padre) en ocasiones decía que era una persona estoica, que se mantenía firme ante la adversidad y humilde ante los éxitos. Transmitirle esa visión a mis hijos lo he considerado un deber y creo que lo han asimilado en sus personalidades”, nos cuenta.
Su padre fue su referente, de él aprendió el tipo de esposo que quería ser y cómo ejercer la paternidad. “Siempre lo vi apegado a su familia y amigos… hablaba muy orgulloso de sus hijos. Fue un excelente esposo, mi mamá todavía lo extraña muchísimo, esto último es el legado que más admiro y que trato de imitar como padre que soy”, agrega.
Hoy, con sus hijos emprendiendo sus propios caminos, viviendo sus propias experiencias profesionales y familiares, Aldo disfruta de la dulce etapa que es ser abuelo, consintiendo y disfrutando cada momento en compañía de sus nietos, la viva representación de la continuidad del legado familiar. “Tengo cinco nietos. Cada vez que los veo tienen nuevos talentos que mostrarme. Su crecimiento es rapidísimo y me asombran sus personalidades tan definidas, ¡es lo que más disfruto!
Hoy, Aldo recuerda con emoción su carrera en los deportes mientras que, al frente de su constructora, continúa pavimentando el camino para generaciones por venir. Su carisma y sensibilidad humana salen a relucir en su trato con la gente y su profesionalidad y afición por los deportes lo mantienen activo, participando de competencias de ciclismo en las modalidades MTB (TX), una pasión que tuvimos la oportunidad de compartir con él, al visitarlo en su hogar, mientras que disfrutaba de un maratón de la 110ª edición del Tour de Francia 2023.
