PRIMERA INFANCIA
Fotos: Alberto Liranzo
Trabajar con la primera infancia es, probablemente, una de las labores más gratificantes en las que se puede pensar. Es una tarea que requiere pasión y entrega para formar y moldear el futuro de nuestra sociedad. Patricia Lama es la viva representación de esta pasión y entrega. Por más de dos décadas, ha dedicado su carrera profesional a la labor social que impacta las vidas de infantes en vertientes como la salud y la educación, persiguiendo siempre el objetivo de contribuir a mejorar su calidad y esperanza de vida.
Desde 2011 preside la Fundación Comunitaria Zona Franca, una institución sin fines de lucro fundada en 1994 por el Comité de Damas de la Asociación de Empresas de Zonas Francas de Santiago, fundando su primer Centro de Cuidado Infantil ese mismo año en Cienfuegos, una de las tres comunidades en las que tienen presencia. Casi treinta años después, continúa trabajando a favor de más de 500 niños en sus centros que incluye las comunidades santiagueras de Camboya y Pekín.
Al abrir sus puertas, su propósito fue claro y definido: dejar una huella en la sociedad, trabajando con y para los niños. ¡Y sí que se ha apegado a este propósito! La organización sigue apostando siempre a la educación en valores, con amor, e impregnando en cada infante el respeto a Dios. “Los frutos serán personas íntegras, de valores, que forman mejores núcleos familiares, que trabajan por sus comunidades y forman el país que todos merecemos”, nos cuenta Patricia sobre este hermoso trabajo que ha convertido en su misión de vida.
Bajo la administración de la Fundación, los infantes reciben cuidados de calidad, apegados a los más estrictos lineamientos del INAIPI, institución con la cual trabajan de la mano para ofrecer educación inicial, seguimiento ante eventualidades médicas y psicológicas; monitoreo al desarrollo físico, mental y cognitivo del niño, promoción de hábitos de salud, higiene y alimentación balanceada.
Hoy, su programa académico es uno de los más avanzados y de mayor calidad del país en educación para la primera infancia, llegando a incluir la formación en idiomas, con clases de inglés; clases de informática e iniciación en la música. “En la oferta se incorporó la educación tecnológica acorde a los nuevos tiempos, a través de tabletas que cuentan con aplicaciones pedagógicas que impulsen el desarrollo motriz y cognitivo de los niños”, detalla.
Con doce años al frente de la organización, Patricia atesora la satisfacción de formar parte del proceso educativo de los niños que han pertenecido a los centros de la Fundación, viendo con orgullo el rol tan importante que ha jugado la labor de la institución en el crecimiento personal y profesional de los infantes y sus comunidades.
“La educación es el inicio de toda sociedad progresista”, afirma, mientras que rememora la trayectoria de la organización y su influencia en las comunidades de Santiago de los Caballeros. “Con tantos años de labor, tenemos cientos de niños que hoy día son adultos profesionales exitosos”, agrega, “una de las mejores experiencias es tener profesores que una vez fueron nuestros alumnos. Esto ya ha pasado en varias ocasiones y nos llena el corazón ver los resultados de un trabajo bien hecho”, detalla emocionada sobre el impacto generado por la Fundación.
