fotos: Alexander Mora
Llegó la temporada de las madres, el mes donde celebramos el amor incondicional de mamá, siempre presente, siempre latente. Y, para esta edición donde exploramos las maravillas y los retos de esa primera etapa de la maternidad, conversamos con Montserrat Bordas, especialista en desarrollo infantil y psicología escolar, especialista en lactancia materna de la Academia Americana de Lactancia de Estados Unidos; y doula certificada en Canadá, quien, luego de vivir en carne propia los retos que trae consigo la maternidad, decide crear un proyecto profesional a través del cual brinda apoyo en ese periodo de incertidumbre que comprende los primeros meses de la maternidad.
Cuando vamos a la raíz de lo que necesita un bebé humano, lo que necesita una cría de su mamá es seguridad; y el sueño es un proceso de madurez, tú no lo puedo obligar.
Montserrat Bordas
Muchas personas piensan que ‘dejar llorar al bebé’ les sirve para poder dormirse solos. En ese sentido, ¿hay que dejarlo llorar?
No deberíamos dejarlo llorar. Eso fue algo que surgió por una escuela de pediatras que, por su propia afán de vida, decían que los niños necesitaban dormir o que los niños fueran relativamente independientes. Pero cuando vamos a la raíz de lo que necesita un bebé humano, lo que necesita una cría de su mamá es seguridad; y el sueño es un proceso de madurez, tú no lo puedo obligar. Entonces, se creía que si tú lo dejabas llorar, el bebé iba a dormir más; pero, al final, el bebé no duerme más, lo que hace es que se cansa de llamarte.
Ya, gracias a Dios, la tecnología nos ha ayudado a ver esas imágenes del cerebro de un bebé y lo que está pasando cuando lo dejas llorar; y lo que pasa a corto, mediano y largo plazo, eso tiene un impacto enorme; incluso, y es parte de lo que yo más trabajo en la relación, es que si tú quieres que tus hijos en algún momento vengan donde ti y te pidan consejos y tengan la confianza de decirte la verdad, aunque hayan cometido un error; el primer mensaje que tú le mandas a ese cerebro inconsciente inmaduro, aunque (tu hijo) no lo recuerde como tal, es ‘tú me necesitas de noche y yo no voy’.
Entonces, eso va creando un hueco en la relación y después te preguntas, ‘¿pero qué pasó?’ y puede ser algo tan sencillo como eso, porque al final, esto es un conjunto, es un ser humano.
Mencionó que se certificó como doula posparto, ¿En qué consiste el acompañamiento que ofrece a las familias en ese sentido?
Mira, existen las doulas que más conocemos, que son las de parto; pero en mi caso, yo entendí la necesidad de ese período posparto, esos primeros días en que mucha gente va y se enfocan mucho en el bebé y la mamá está ahí como que ‘okay yo no existo’; o sea, al final todo el mundo quiere al bebé.
Yo vengo de una escuela que dice que si tú no sostienes a la madre, no sostienes al bebé; porque al final la mayoría de las mamás no quieren que tú le cojas su bebé, la mayoría de las mamás quieren que tú le ayudes a ella para poder estar con su bebé, porque a la mayoría de las mamás el instinto las lleva a agarrar ese bebé y no querer soltarlo de una vez, a menos que alguien te dé esa confianza con el tiempo… Pues ahí yo identifiqué que había un espacio grande donde también la familia influye, donde van a querer ver el bebé, donde tienen muchas opiniones; la doula posparto llega a centrar a la mamá, primero en lo que ella necesita, para que luego pueda darle al bebé lo que requiere.
Entonces la doula la ayuda con la lactancia, en principio, con los primeros baños del bebé, le enseña cómo hacerlo para que la mamá sienta confianza y no tenga miedo a hacerlo, además le ayuda a identificar lo que puede hacer para su recuperación luego del parto; es básicamente ayudarla en ese hueco donde todos están enfocados en el bebé, pero también la mamá está pasando por un proceso hormonal y de adaptación a la maternidad. Y esa doula te da su apoyo desde que das a luz.
¿Podría ese acompañamiento de la doula posparto reducir la depresión?
Claro que sí. Pero también las doulas estamos entrenadas para identificar una mamá que está con lo que le llamamos los “baby blues”, que es esa tristeza, que es un proceso hormonal, pero podemos también distinguir cuando esta tristeza se va más allá. Podemos referir, podemos apoyar, pero respondiendo a tu pregunta, sí, ayuda a prevenir porque todas esas dudas y sentimientos, que a veces traen mucha culpa porque ese bebé llega y tú te quedas como ‘¿y esto? ¿lo toco?’, tu sabes como ¿qué hago ahora?, porque no hay una conexión emocional inmediata, porque se romantiza mucho esa parte, pero ese bebé llega y tú no sientes como que es algo que tú amas todavía. Entonces, la doula posparto te ayuda a normalizar todo este espectro de emociones, te ayuda a entender que ese proceso es normal.
Comentaba que no todas las madres tienen la misma reacción con los bebés recién nacidos. ¿Cómo se construye o fortalece la relación con tu bebé?
Mira, cuando el bebé nace, hay apego precoz, que es ese contacto piel con piel con mamá o con papá. Ese es uno de los pasos fundamentales del apego, que inicia con lo táctil, con los sentidos, con lo que el bebé siente, con lo que huele; y esa relación se va fomentando de manera física, la lactancia aporta, responder a tu bebé cuando necesita de ti fomenta esa confianza, nosotros los seres humanos somos seres que necesitamos contacto, es algo esencial y es un fundamento importante del apego.
Y, claro, la manera en que se maneja esa relación a medida que tu bebé crece y se vuelve un niño, influye bastante en que ese apego funcione, pero los primeros meses es mucho contacto y responder a ese llanto.
¿En qué momento se recomienda a una nueva madre comenzar a trabajar con una doula posparto y cuando termina este acompañamiento?
Por lo general es recomendable que inicie al menos un mes antes de dar a luz. Es una fecha probable, pero al momento de dar a luz ya tienes ese contacto. Y realmente es para recién nacidos, durante los primeros tres meses, luego de aquí el bebé debería tratarse con el especialista de lugar. En mi caso, como tengo tantas especialidades, yo trabajo toda la primera infancia. Entonces, todas esas preguntas que la mamá tenga, ahí yo entro como un apoyo, pero ya cambia el tipo de interacción, ya en esta etapa son más consultas psicológicas.
Hablando de sueño infantil, ¿cuáles son los mitos que debemos derribar sobre las rutinas de sueño en los recién nacidos?
Los mitos principales son que los bebés tienen que aprender a dormir, que tienes que entrenar el sueño, es decir, que le tienes que enseñar a dormir porque sino nunca lo va a lograr y le estas haciendo daño; y otro es que el bebé tiene que dormir hasta 16 horas al día, y no es que no las tenga que dormir, lo que pasa es que en todo eso que tú lees no te dice que no es corrido… nadie dijo que el sueño no es interrumpido, el sueño está diseñado para ser interrumpido porque eso es lo que hace que el bebé te avise si tiene hambre, si tiene frío, si te necesita, si se siente inseguro; lo que sea que pueda estar pasando en esa adaptación al mundo.
¿Y cómo influye una rutina de sueño en qué tanto puede o no dormir un bebé?
Las rutinas son importantes para todos, para tí, para mí, para los adolescentes, para todos. Saber que viene o que se puede esperar; pero, que tu hagas una rutina con tu bebé no garantiza que tu bebé va a dormir, simplemente garantiza que tu bebé sabe que llegó la hora de dormir, pero eso no significa que porque sepa que es hora, –y más cuando van creciendo– necesariamente lo va a hacer.
Nosotras somos una generación de madres muy controladoras, nos gusta llevar listas de todo lo que va a pasar y cuándo va a pasar, entonces, el bebé no es así. Una rutina puede ayudar mucho a la mamá a estar más tranquila y si mamá está tranquila el bebé también lo estará; y la rutina ayuda al bebé porque ya sabe que lo están preparando para dormir, pero no significa que va a dormir más, no quiere decir que no se va a despertar o que no te va a necesitar. Además, la rutina cambia a medida que el bebé crece.