Él ha ganado un lugar privilegiado en la escena cinematográfica internacional por su gran creatividad y estilo de dirigir y producir películas.
Fotos: John Salangsang, Albert L. Ortega, Frazer Harrison, John Shearer y Fuente externa
CINEASTA.
Toda una vida en el celuloide demostrando su gran capacidad para dirigir relevantes producciones cinematográficas que le han merecido los lauros que hoy en día ostenta y que le han permitido situarse en el sitial del séptimo arte. Guillermo del Toro es un hombre polifacético que se ha dejado apasionar por el mundo de la actuación, fungiendo como director, guionista, productor y novelista, lo que lo ha convertido en una de las grandes figuras que representa el cine mexicano en Hollywood.
Él ha saltado a la fama por la estética y la ambientación que recrea en sus filmes, en los que sus personajes convergen en un mundo caracterizado por el misticismo y la fantasía. Solo recordemos esa pieza magistral de La Forma del Agua (2017), que evoca un atípico y tórrido romance entre una mujer con la condición de mutismo y un anfibio que vive en las profundidades del mar. Según su creador, esta historia relata: “Un amor que surge de la aceptación y la destrucción de una perfección muy limitante, un amor que no tiene forma (como el agua) y que, al igual que ese elemento, lo puede atravesar todo gracias a que es dúctil, maleable y sutil”.
Hasta el momento, ha sido considerada su mejor obra, por la que recibió tantas críticas positivas y le hizo merecedor de varios galardones, entre ellos cuatro premios Oscar en las categorías: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Diseño de Producción y Mejor Banda Sonora. También, obtuvo dos Globo de Oro, dos BAFTA, tres Critics’ Choice Award, un León de Oro, y otros más.
Cuando se le cuestiona sobre cuál entiende que es la función del cine en la sociedad, él alega que: “Su función principal es narrar historias, pero que estas refieran a algo más allá de la anécdota no es función del medio, sino del narrador”. Guillermo ha demostrado ser un cineasta realmente comprometido con su país natal, México, al que dedica todos sus méritos en la industria. Pero también demuestra su compromiso con la nación a través de su latente crítica por las injusticias que se generan allá, por lo que busca siempre fomentar la educación cinematográfica con la entrega de becas para estudiantes.
Una muestra de ello es la fundación del Centro Internacional de Animación, conocido también como “El taller de Chucho (perro)” en la Universidad de Guadalajara, que creó con la finalidad de impulsar el talento mexicano para que exploten su potencial.
En diciembre de 2021 estrenó su película El Callejón de las Almas Perdidas, que es una adaptación de la novela escrita por William Lindsay Gresham y publicada en 1946. El ritmo de su quehacer inventivo se mantiene en constante transformación. Para este año, la pantalla grande vivirá un mundo de fantasía con la puesta en escena de la cinta musical animada de la novela de Las Aventuras de Pinocho, autoría de Carlo Collodi.
“Quien cambia una vida cambia una generación y creo que los que existimos haciendo esta labor de contar historias, existimos para poder tener un precedente en las cosas que sí se pueden hacer”.
