InicioColumnistasColaboradoresUna historia clandestina con sabor a vino

Una historia clandestina con sabor a vino

¿Y si tenemos conversaciones interesantes con amantes del vino diferentes?

 ¿Y si descubrimos bodegas insólitas en lugares cargados de historia?

 ¿Y si nos adentramos en viñedos donde las uvas se desbordan de formas insospechadas?

Estamos listos para sumergirnos en el mundo del vino. Una travesía que nos lleva a través del tiempo a descubrir la historia del valle de Napa.

Como toda buena historia que se precie de serlo, esta comienza desde la catástrofe…

Corría la primera década del siglo XX. El valle de Napa y toda California se enorgullecían de su pujante industria del vino que abastecía el mercado local. 

Sin embargo, ese orgullo patriótico, tan arraigado en lo más profundo de los estadounidenses, se transformó en pánico cuando comenzaron a soplar los vientos de la Prohibición.

La Decimoctava Enmienda que prohibía la manufacturación, venta, importación y transportación de bebidas alcohólicas fue ratificada el 16 de enero de 1919. La Prohibición comenzaría exactamente un año más tarde.

Comienza la estampida 

Inmediatamente, muchas de las grandes casas de vinos se concentraron en vender sus inventarios a través de la California Wine Alliance.

Los ciudadanos comunes empezaron a abastecerse antes de que la Ley entrara en efecto. En un periodo de solo tres meses se vendieron 141 millones de botellas de vinos.

El senador Andrew Volstead, promotor de la Ley, pronunció estas palabras el 16 de enero de 1920:

“Esta noche, después de las doce, el demonio de la bebida hace testamento. Se cerraron para siempre las puertas del Infierno”.

La Prohibición entró en efecto a la medianoche. Una medida que se mantendría por los siguientes 13 años. 

Sin embargo, poco sabía el senador que ocurriría lo contrario. Si prohíbes algo a las personas, siempre encontrarán la manera de hacerlo…

 ¡VAMOS A PRODUCIR “VINOS” CASEROS!

Los viñedos entonces empezaron a vender uvas para que produjeran vino en sus hogares. Zinfandel, para estos ciudadanos que vivían cerca de los viñedos, y la piel más dura de Alicante Bouschet para ser transportada. Lamentablemente, los viñedos de Pinot Noir, Chardonnay y Cabernet Sauvignon se descartaron.

Visionarios como Louis M. Martin Winery empezaron a producir concentrados de uvas semisólidos, “wine bricks”.

El concentrado se vendía así: “Luego de disolverlo en un galón de agua, NO lo almacene durante 20 días porque el producto puede convertirse en vino”. 

Vino, en el nombre de Dios

La Ley permitía también la venta de “vino sacramentado” a sacerdotes y ministros. 

Muchas personas renovaron su fe y se volvieron muy creyentes…

Algunas casas productoras de vinos permanecieron abiertas por eso. 

¿Wine party hot line?

Muchos granjeros producían vino. Durante este tiempo, sus teléfonos se convirtieron en hot lines usando códigos clandestinos. Fue el caso de Aldo Biale, quien empezó a producir vino clandestino bajo el nombre en clave “Black Chicken.

Hoy en día, la marca “Black Chicken” de Robert Biale Vineyards es un homenaje a esta época secreta.

Tiempo de enmendar la enmienda

Finalmente, el 5 de diciembre de 1933 la Enmienda XVIII fue rechazada. La única enmienda en ser revocada en la historia de los E. U. A. 

Pero ya era muy tarde para la industria del vino en California…

De 713 Wineries certificadas antes de la Prohibición solo sobrevivieron 40.

Esta historia continuará…

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