foto Cirilo Olivares
Carismático y amante de la naturaleza, cualidades idóneas para definir a su excelencia Volker Pellet, embajador de la República Federal de Alemania, quien en una cálida mañana nos visitó en nuestras instalaciones, para conversar sobre la arraigada cultura de la cerveza en su país y pasar balance a sus cuatro años de misión diplomática en la República Dominicana, que finaliza en este mes.
Alemania es conocida como el país de la buena cerveza, por su gran producción y consumo. Volker destaca que “la cerveza es un alimento principal, es casi un alimento básico. En Baviera, en el sur de Alemania, forma parte de la alimentación como pan y agua”. Actualmente, existen dos mil marcas de cervezas en su país. Cada pequeño pueblo, sobre todo en el sur de Alemania, tiene su propia marca. La cerveza de verdad forma parte de su cultura, sostiene.
En cuanto al origen de esta codiciada bebida, nos relata que fue creada en monasterios en el pasado, durante la Cuaresma, un tiempo religioso en el que no podías comer y para compensar eso, los monjes crearon una bebida muy fuerte que proveía mucha alimentación. De ahí surge una tradición de alrededor de 800 años. “Pero hablando de eso, la cerveza Presidente aquí es de buena calidad, y ahora con botellas hechas en República Dominicana, me encanta esa iniciativa”, manifiesta.
Al preguntarle sobre el gran secreto de la cerveza alemana, nos confiesa que está en la pureza, pues los únicos ingredientes son: agua, lúpulo, malta y levadura; es 100% natural. Según la ley de Alemania, “Ley de la Pureza”, toda química está prohibida, solo pueden ser esos ingredientes.
Sobre la importancia para la nación y el impacto económico del acostumbrado Oktoberfest o Festival de la Cerveza, la mayor fiesta popular de Alemania, nos comenta que esta forma parte de la cultura, es una fiesta grande que no se trata solo de beber y comer bien, divertirse o bailar. El Oktoberfest de Múnich, el más grande que vamos a ver este año, gracias a Dios, otra vez, cuenta con millones de visitantes. Todas las empresas invitan a sus clientes nacionales e internacionales: tienen sus mesas, tienen su espacio en las grandes carpas, para brindar hospitalidad a sus invitados de todo el mundo. Finalmente, se despide de la República Dominicana prendado de la acogida y el cariño de los dominicanos, y también de su aliada de aventuras, su motocicleta BMW 1200, en la cual recorrió más de veinte mil kilómetros en el país, siendo La Vega, su último destino recorrido, en donde pudo apreciar el paisaje en toda su magnificencia.
