Domenico Dolce y Stefano Gabbana han decidido poner a la venta su residencia estival en una de las islas más bellas del archipiélago eolio de Sicilia, Stromboli, escenario de las fiestas más memorables de la pareja de diseñadores durante los años 90.
En sus terrazas y jardines se han celebrado fiestas inolvidables con personaje de la jet-set internacional como Naomi Campbell o Madonna, quienes gracias a la particular ubicación de la casa han disfrutado de absoluta discreción. Ahora, Dolce y Gabbana han decidido venderla a un precio que podría rondar los 6.500.000 de euros, según publica el diario La Repubblica, pero ese monto aún no ha sido confirmado por la agencia que se encuentra a cargo de la venta.
La finca abarca más de 500 metros cuadrados de los cuales 235 pertenecen a la vivienda y 300 al exterior donde están dispuestos varios jardines y terrazas donde crece la típica vegetación del Mediterráneo. La casa está construida a partir de tres viviendas típicas de las islas Eolias, donde la cal blanca de los muros contrasta con el negro de la roca volcánica. Consta de siete suites, cada una de un color diferente, nueve baños y una amplia zona exterior protegida por una estructura de madera perfecta, además, posee un helipuerto cercano y una entrada privada al mar.
Si el exterior es un homenaje a Sicilia, como casi todo en la carrera de los dos diseñadores, el interior es puro Dolce & Gabbana. El universo de los dos estilistas se reconoce en cada rincón, desde los textiles de las cortinas con encajes, los cojines o las alfombras con estampados recargados de mil colores, hasta las exclusivas piezas de antigüedades y artesanía local como la cabeza de moro de cerámica pintada a mano. Sin dejar de lado los azulejos de los suelos y las vigas de madera de los techos originales.
La propiedad de Domenico Dolce y Stefano Gabbana tiene una posición única, con una exclusiva vista sobre el islote de Strombolicchio y el volcán que los habitantes de la isla llaman ‘Iddu’ (él), conocido por su ‘Sciara del fuoco’ (arroyo de fuego) que ilumina las noches estrelladas de verano.
Un escenario de película que ha sido fuente de inspiración no sólo para los dos diseñadores. En esta esquina del Mar Tirreno, Roberto Rosellini rodó en 1949 junto a Ingrid Bergman el clásico ‘Stromboli: Tierra de Dios’. Una obra maestra del cine universal que puso a esta pequeña isla en el mapa y fue el inicio de la apasionada historia de amor entre la estrella de Hollywood y el realizador romano, quien no dudó en abandonar a Anna Magnani por la actriz sueca.