Las obras y esculturas de Staffeld
En un diálogo silencioso entre el arte y la belleza se encuentra el trabajo de una artista, quien desde una temprana edad ha encontrado en su práctica una forma de expresar lo indescriptible. Sus piezas nos invitan a sumergirnos en universos paralelos, donde la creatividad fluye libremente. La belleza en su obra no se define por estereotipos, sino por la delicadeza y la sutileza de los sentimientos que evoca. A través de formas orgánicas, colores pasteles y la representación de personajes entrañables como los felinos, la artista desafía las concepciones tradicionales y nos invita a redescubrir la belleza en lo inesperado y lo cotidiano.
Desde una temprana edad, la artista ha encontrado en el arte un refugio donde puede expresar sentimientos y conceptos sin necesidad de palabras. Su conexión con el mundo artístico se forjó a través de la recolección de ideas y sueños que luego transformaría en esculturas y piezas que evocan mundos paralelos, donde la creatividad y la libertad son protagonistas. Para ella, la escultura es más que una técnica; es un medio para conectar con su espíritu creativo, una forma de dar vida a personajes y objetos desde la nada.
La belleza, en el contexto de su arte, se manifiesta a través de la representación de la inocencia y la picardía que ella asocia con los felinos, especialmente los gatos, que simbolizan para ella la introversión y la sutileza de lo bello. Sus obras suelen caracterizarse por formas orgánicas y abstracciones biomórficas que reflejan la naturaleza, fusionadas con un diseño moderno y juvenil, influenciado por el neotenismo. En este proceso creativo, los colores y las texturas juegan un papel fundamental, sumergiendo tanto a la artista como al espectador en un sueño cálido y surreal.
Las siluetas humanas que pueblan sus esculturas desafían la concepción tradicional de la belleza al evocar la fertilidad y la individualidad de la mujer, inspirándose en figuras icónicas como la Venus de Willendorf. Sus creaciones, revestidas de colores pasteles y neones, buscan crear un equilibrio entre la tranquilidad y la vitalidad, transportando al espectador a un estado de comodidad y refugio. Entre todas sus obras, destaca especialmente Calypso, una escultura felina que representa la dualidad de la personalidad a través de la combinación de colores opuestos, y que marca un hito en su carrera por su simbolismo y profundidad.
Su trabajo no solo es un reflejo de su mundo interior, sino también una celebración de la belleza que se encuentra en la diversidad de formas, colores y texturas. Con una sensibilidad única, la artista sigue desarrollando su narrativa visual, explorando nuevos caminos en busca de esa conexión íntima entre la belleza y el arte, siempre dispuesta a desafiar y transformar nuestra percepción de lo bello.
