Fotografía Silverio Vidal
Alegre, optimista, simpática y un poco tímida, pero con una inmensa pasión por su profesión; así es Sarah Esteva. Su historia de la mano de la danza viene escribiéndose desde hace más de tres décadas en la dirección de una casa promotora de la cultura y las bellas artes: el Ballet Concierto Dominicano, una institución fundada por el hoy director del Teatro Nacional, el bailarín clásico y coreógrafo Carlos Veitía, y cuya motivación nace, en parte, de la mujer que desde su fundación se encuentra en la dirección ejecutiva de esta escuela y compañía de danza clásica.
A temprana edad, en la infancia, tiene su primer acercamiento con la danza, algo que nos confiesa disfrutaba por la música, el baile y el carisma de sus maestras; sin embargo, la timidez le llevó a alejarse de la danza y a tomar un rumbo completamente diferente. Pero, lejos de terminar su historia con las bellas artes, está apenas comenzaba a escribirse. La vida le llevó a coincidir con ellas nuevamente en la edad adulta cuando el destino le lleva al Teatro Nacional a presenciar una obra de teatro que le enamoró.
Es así como, luego de haberse formado como profesional de la psicología y trabajar por aproximadamente una década en la compañía familiar, Sarah vuelve al camino de las artes escénicas, pero esta vez, para dirigir el Ballet Concierto Dominicano, cuyo objetivo es la formación de nuevas generaciones de amantes de la danza, formando más que bailarines, profesionales dignos de los mejores escenarios teatrales del mundo.
Bajo su dirección, la Compañía Ballet Concierto Dominicano ha logrado formar a decenas de bailarines en las bellas artes, que hoy destacan en el escenario local y en el internacional, en países como Canadá, Estados Unidos, España y Argentina. Muchos de estos, regresan al centro y, junto a ella y un equipo de amantes de la danza, imparte su amor por el baile y la música a generaciones de bailarinas y bailarines emergentes.
Su trabajo, lo vive y lo disfruta, cada momento y cada día. “Aquí cada día, para mi y para los profesores, siempre son de alegría. El trabajar con los niños y con los adolescentes te da un cambio de perspectiva. Nosotros recibimos a las niñas temprano, a las 3 de la tarde, llenan todo el espacio de alegría, les gusta estar aquí, sentir ese cariño”, cuenta.
Desde su posición, continúa innovando y llevando la danza a nuevos amantes de las artes, exponiendo esta forma de expresión artística a nuevos públicos desde la plataforma que ofrece el anfiteatro Nuryn Sanlley, donde presentan en julio de cada año una función de ballet abierta al público; y formando parte de puestas en escena nacionales e internacionales, donde sus bailarines ponen a prueba sus destrezas y colocando en lo más alto tanto a esta importante academia y compañía de danza, como a las bellas artes dominicanas.
