Sus centelleantes luces anuncian desde el mes de septiembre que una de las épocas más hermosas y mágicas se acerca. Y es que su decoración se convierte en una cálida invitación a disfrutar de la Navidad, como si de un cuento de hadas se tratase. Próximo al misterioso jardín Gramercy Park de Nueva York, este espacio crea cada año una atmósfera digna para descubrir y disfrutar del espíritu navideño.
Abetos artificiales, coronas de porcelanas y unas ochocientas muñecas al estilo victoriano te reciben desde su entrada, engalanando el interior y profiriendo un encanto festivo al lugar. Un espacio impresionante compuesto por miles de carámbanos y adornos que cuelgan desde su techo como si nos encontráramos debajo de un gran árbol de Navidad. Es precisamente la meticulosidad que muestran en cada detalle lo que ha convertido a Rolf’s German Restaurant en el predilecto de los comensales durante los últimos 50 años, estableciéndolo como una verdadera institución decembrina, como lo conforma el Rockefeller Center.
La calidez de sus luces, la hospitalidad de sus empleados y el acogedor ambiente exhortan a degustar su famoso ponche de huevo especiado o la sidra de manzana caliente; una deliciosa propuesta que, junto a su cocina especializada en el sur de Alemania, convida a saborear su exquisito escalope vienés o el tradicional sauerbraten.
Cruzar las puertas de Rolf’s German Restaurant es reencontrarse con esa emoción que de niños nos embargaba, ese entusiasmo y alegría de compartir las tradiciones que definen esta época tan especial y, sobre todo, la ilusión de vivir en familia la magia de la Navidad, una magia que en este deslumbrante espacio se extiende hasta abril, ofreciendo la posibilidad de disfrutar de este paraíso navideño que representa un verdadero espectáculo visual.
