Restaurante Azurmendi, España
Fotos: Fuente externa
En el intermedio de la ladera de una colina en Larrabetzu, Vizcaya, se divisa una joya arquitectónica acristalada que encierra, en su interior, una de las escenas culinarias más famosas del mundo, no solo por la exquisitez de sus platillos, que enamoran a cualquier comensal, sino porque, como emblema, hace una oda a la aclamada sostenibilidad, ya que es uno de los pocos restaurantes que posee una instalación geotérmica, contando con 18 perforaciones de las que se extrae energía del suelo y paneles solares.
Además, recolectan el agua de la lluvia para el sustento de todas las necesidades de riego de su entorno. El restaurante español Azurmendi invita al deleite de los sabores autóctonos de la región, debido a que los alimentos que utilizan se cultivan en su misma finca o se consiguen con productores locales.
El panorama natural que rodea este paraje gastronómico está compuesto por más de 700 árboles, permitiendo que sus visitantes respiren un aire puro.
Lo primero es que, desde que ingresas a esta casa de comidas, te espera una cesta de picnic que integra pimiento de piquillo helado, un brioche tostado con salazones, un tartar de cerdo ibérico y una bebida de flor de hibiscus.
Las creaciones culinarias que brindan al público no tienen nada que envidiar a la de otros lugares, ya que hacen una ovación a la suculenta cocina vasca, pero, también, tiene influencias culinarias de otros países. Aquí, se ofertan dos opciones de menú: el Adarrak (recetas de temporada) y el Erroak (platillos insignias).
Lo excepcional de ellos reside en los platos fuertes, donde combinan lo marino y vegetal como, por ejemplo, la berenjena a la brasa con anchoas, caviar y jugo de legumbres, pero, igualmente, dan espacio a su única propuesta de carne, tomada del cerdo ibérico: las castañetas (glándulas salivales), que se bañan en su jugo y se sirven con unos bombones de queso Idiazabal, pesto y trufa blanca.
Los festines dulces no se quedan detrás. El mimar tu paladar con un caldo de frutos rojos, fresas, tomate y helado de wasabi; un postre de manzana, yogurt y granizado de sidra o unas castañas con chocolate. Definitivamente delicioso.
Al terminar de comer, puede dirigirse a una sala lounge, donde disfrutará de una refinada colección de destilados, incluso, una cava de puros.
Estos motivos han convertido a Azurmendi en el destino culinario predilecto de muchas personas, siendo un referente de la gastronomía internacional al ostentar tres estrellas de la Guía Michelin.