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Vicepresidenta de República Dominicana, una mujer líder que aboga por el cambio.
Una santiaguera que, hasta hace unos meses, no se le conocía en actividad política, pero no es área extraña para ella. Raquel Peña creció en una familia en donde escuchaba constantemente debates de funcionarios y aspirantes; es que su padre, el empresario Rafael Leocadio Peña, se rodeó de grandes personalidades de este mundo. Un día antes de que el partido publicara quien ocuparía la vicepresidencia, el presidente le hizo la oferta. Cuenta que no necesitó mucho tiempo para pensarlo, ya que conocía el plan de gobierno y cuáles eran la visión y misión país de Luis Abinader, las cuales coincidían con sus ideales.
¿Cómo es Raquel Peña?
Una mujer trabajadora, de valores y mucha fe. Una servidora pública que siente un compromiso gigante con el desarrollo de su país y con elevar el nivel de calidad de la vida de su gente.
¿Cómo es un día en el Palacio Nacional?
¡Mucho trabajo! El día empieza temprano. Siempre he sido una persona madrugadora y terminamos tarde cuando hayamos cumplido con lo establecido para el día. Estamos trabajando entre 12 y 15 horas al día, en reuniones, compromisos, monitoreando los trabajos que las distintas instituciones están llevando a cabo a nivel nacional y dando seguimiento a las iniciativas que han surgido desde la vicepresidencia.
¿Cómo ha sido el cambio de trabajar para el sector privado, a trabajar en el sector público en donde existen conceptos distintos de administración?
Asumiendo con compromiso cada responsabilidad, trabajando de cara a las buenas costumbres y con el objetivo de hacer las cosas bien. Además, agradezco que tanto en el sector privado como ahora en el público, he estado rodeada de un equipo muy competente y preparado, que ha hecho más sencilla la transición.
Su vida la ha dedicado al mundo empresarial y académico. ¿Cómo ha manejado, en estos meses, las funciones de “vicepresidenta” de nuestro país?
Dedicando el tiempo necesario para estas funciones, trabajando mucho, como estoy acostumbrada. Ya mis hijos están grandes, así́ que he podido dedicarme de lleno a la vicepresidencia, cumpliendo a quienes nos dieron su voto de confianza en julio y sirviendo a todos los dominicanos, porque, como lo dijo el Presidente Abinader, “ganamos con el 52% pero gobernamos para todos los dominicanos y dominicanas”.
El gobierno de Luis Abinader ha tomado las riendas en un momento de crisis para la humanidad. Hasta ahora, ¿qué ha sido lo más difícil?
Tomamos las riendas de la nación en medio de una pandemia y el Presidente delegó en mí la responsabilidad de coordinar el Gabinete de Salud, una tarea retadora. No ha sido sencillo tomar las medidas correctas para preservar la salud de los dominicanos y dominicanas, pero con ellas hemos disminuido la tasa de positividad y contagios, a la par de permitir que nuestra economía se vaya reabriendo y los demás sectores, reactivando.
¿Cuál es su mayor deseo para la República Dominicana?
Se puede englobar en conseguir, realmente, elevar el nivel de calidad de vida de todos los dominicanos y dominicanas, a través de ofrecer un servicio de salud digno y de mayor calidad, una mejor educación e inversiones nacionales y extranjeras que generen buenas fuentes de empleo. Por ello y para ello, estamos trabajando.
Su historia habla de una mujer líder, preparada y fuerte. ¿Qué deben tomar en cuenta las mujeres para que puedan ser felices, además de dejar huellas en sus familias y trabajo?
He dicho, en reiteradas ocasiones, que el liderazgo, para mí, significa inspiración. Mientras inspiremos a quienes nos rodean y tengamos un equilibrio entre los roles que desempeñamos, seremos buenos líderes y transmitiremos un buen ejemplo a todos y todas, tanto en casa como en nuestros lugares de trabajo. Seremos felices en la medida que disfrutemos de cada cosa que hagamos, siempre con el objetivo de servir a los demás.