Esta es una marca fundamentada en el amor por la artesanía. Las manos detrás de cada bolso, son muchas y de pueblos alejados y remotos de México. Actualmente trabajan con más de 20 artesanos en Oaxaca, Mérida, Campeche, Estado de México, Chiapas, Michoacán y Guerrero. Todos, con materiales naturales de origen local y técnicas de producción ancestrales que se remontan a los mayas, traen a la realidad diseños inspirados en colores, formas, tradiciones, todo lo que representa la cultura, historia y el verdadero espíritu mexicano, con el más sofisticado de los gustos y la más alegre y sibarita de las almas.
El atelier está en Oaxaca, y sus diseños han recorrido el mundo. Pero no colección tras colección, sino diseño tras diseño, cada tres o cuatro meses, permitiendo y celebrando la autenticidad de cada pieza, en un escaparate que exhibe desde sus icónicos bolsos de mano con borlas hasta la más reciente de sus propuestas: las canastas de picnic.
LUCÍA TORIBIO
Meet the Designer
Ella es mexicana, originaria de Oaxaca. Después de graduarse de la universidad como ingeniera industrial, empezó a trabajar en Oil & Gas, diseñando pozos petroleros en muchos países alrededor del mundo. Estos viajes y el conocer nuevas culturas, durante siete años, le hizo reflexionar sobre lo mucho que tienen en su país, y como expresa: “No pude resistir las ganas de mostrárselo al mundo”, en forma de moda. Tomó un año fuera de su trabajo en oficina (2016), y lo dedicó a una maestría en Administración y a su proyecto, LuciaMacarenä, uniendo su nombre con uno que para ella representa fuerza, color, ser mexicana. Esto lo tradujo primero a joyas y luego a bolsos, y estos últimos son los que hoy representan su firma.
Editorial.
Si abogamos por un recuerdo, se proyecta su mamá, creando sus propias joyas, transformando un collar en aretes, para siempre llevar algo diferente.
También el Istmo de Oaxaca, de donde son las famosas Tehuanas, con sus vestidos de espectaculares bordados, llenos de resplandor, el mismo al que rindió homenaje Lucía, llevando uno el día de su boda. Y esas joyas inmensas, como los ahogadores que llevan en el pecho.
El bordado de los huipiles y naguas con infinidad de colores y formas, los peinados con flores, esa alegría contagiosa, corre de forma muy pura en su sangre.
Por eso, la moda surge de manera tan natural para ella, a pesar de que la fusiona con tantas facetas: su otra profesión, su matrimonio, su familia. Y los menciono porque esa capacidad de ser –muy buena en todas– es algo para lo que trabaja cada día. Sin embargo, no es alguien a quién ser el centro, le agrade demasiado.
De ahí que su firma lleve un “apellido” distinto al suyo: Macarena, sin dejar a un lado que también le encanta y lo siente muy mexicano y de mucha fuerza.
Emprendió en 2016, y fue justamente con joyas, pero un año después, el terrible sismo de Oaxaca, provocó que los joyeros de la zona emigraran, y que otros cambiaran profesión al mundo de la construcción, por lo que decidió explorar con bolsos y, desde entonces, ese es su norte y la más extraordinaria de sus pasiones.