fotos: Roger Ramírez
Nacer en una familia de artistas, rodeada de paletas de colores, lienzos, pinceles y música de piano de fondo permitió que Nathalie Ramírez pudiera descubrir, a temprana edad, su inclinación por las artes.
Esta talentosa pintora y muralista dominicana, desde sus inicios, en cada una de sus obras, ha regalado al público mucho de su sensibilidad y pasión por lo que hace. Ella posee esa forma tan única de sacar lo más interesante y hermoso de cada cosa que le rodea, en especial de la naturaleza.
Su amor por el medio ambiente ha permitido que este se convierta en una de sus fuentes inagotables de inspiración. Uno de sus más recientes trabajos fue embellecer las paredes de la primera sucursal de Starbucks, la cadena internacional de café, en el país. En aquel establecimiento, ella creó un escenario lleno de naturaleza, donde las plantas y su sobresaliente follaje cobran vida.
Pero, sin duda, lo más atrayente es ver a aves endémicas de nuestra tierra, como la golondrina verde y el zumbador esmeralda, posando entre las ramas, como quien se encuentra en un oasis, sin ganas de ir a ningún otro lugar. Y qué decir de los colores allí presentes, que crean una maravillosa armonía, totalmente agradable a los sentidos.
Es inevitable no dejarse cautivar por tanta belleza tropical. Hace dos años, esta mente creativa fue la autora de diez afiches, en los cuales figuraban diferentes ecosistemas y especies, tanto nativas como de otros países. Gracias a esta
oportunidad, pudo expandir sus conocimientos sobre la gran importancia de nuestros recursos naturales. Indudablemente, Nathalie Ramírez posee un inigualable talento que le permite convertir en sublime cualquier idea artística sencilla.
