fotos Julio Cesar Peña y Cortesía de la entrevistada
Diseñadora por naturaleza, embajadora de la moda ética por conciencia. Los hilos, tejidos y la creatividad circulan por cada gota de sangre que transita por sus venas. Marina Spadafora, hija de un propietario de una fábrica de prendas de punto en Italia, desde pequeña visitaba la fábrica y observaba cómo un boceto y una idea se convertían en prendas. Para ella, ser parte de esa experiencia a temprana edad fue fascinante y se convirtió en parte de su ADN.
Desde temprana edad, cultivó su talento nato (heredado de su padre) por dibujar. Solía acompañar a su padre, junto al diseñador de Holanda y otras personas de la firma, a las ferias de hilo, donde tuvo el privilegio de iniciar su andar en un camino que a esa edad todavía no sabía que se convertiría en su destino de vida.
Para Marina diseñar va más allá de una colección, contribuye un proceso muy íntimo y creativo. “La investigación que se dedica a la colección lo lleva a escenarios fantásticos que eventualmente se transformarán en una hermosa colección”, resaltó la diseñadora.
Su compromiso con la moda va mas allá de diseñar y confeccionar nuevas colecciones; Marina promueve el llevar la moda a un nivel ecoamigable.
Moda ecoamigable, ¿de qué se trata esto?
Con el paso de los años el ser humano se ha ido transformando en un ser menos conservador de los ecosistemas. Los conocedores de la industria de la moda están conscientes del daño que provocan, por estas razones la diseñadora considera de gran importancia comenzar a realizar cambios, como elegir telas naturales, patrones de corte que resulten en cero desperdicio y telas e hilos que serán de una sola composición principal para que, al final de su vida, la prenda pueda ser reciclada.
Después de trabajar durante años en la industria del lujo, reconoció que quería hacer algo más cercano a sus ideales y convicciones, y debía usar su profesión para hacer de esta industria una mejor y más sostenible. Esto inició en 2006 cuando Marina tuvo la oportunidad de diseñar una colección hecha íntegramente en África con telas orgánicas. Después de eso, se convirtió en directora creativa de la Organización de Comercio Justo más grande de Italia, que tenía 300 tiendas en el país. Durante este período, viajó a todas partes para conocer a sus productores y se enamoró del concepto “lo ético es estético”.
Esta prestigiosa diseñadora guarda en su corazón un sentir muy especial por la República Dominicana, conoce nuestras raíces desde hace más de 30 años, junto a su familia venían durante largas vacaciones de verano y Navidad, convirtiéndose también en su hogar.
En RD, desde CHAVÓN La Escuela de Diseño, quiere seguir enseñando y concientizando sobre la sustentabilidad y el diseño. También busca descubrir más artesanos que puedan ser presentados al mundo por su artesanía.
