“A los escritores les gustan los gatos por ser criaturas tan tranquilas, amables y sabias, y a los gatos les gustan los escritores por las mismas razones”. – Robertson Davies.
Texto Ismalay Liranzo Fotos Fuente externa
Cierto es que uno de los animales más independientes del mundo son los gatos. Ellos, con su elegancia al caminar y actitud de realeza, enamoran vayan por donde vayan, al igual que leer un buen libro para nutrirnos de conocimientos o buscar algo que nos haga reflexionar.
Por décadas, se comenta que los gatos poseen una conexión con el mundo espiritual y se convierten en nuestros guardianes porque absorben la energía negativa que nos rodea, incluso pueden enfermarse para que sanemos.
Con el paso del tiempo, hemos podido observar que el gato es la compañía ideal para grandes figuras de la literatura universal, entre ellos:
Truman Capote: Legendario periodista y escritor estadounidense conocido por Breakfast at Tiffany’s y su novela-documento A sangre fría, era amante a los animales: tenía dos gatos y un perro. Por lo general, solía salir en las fotografías abrazando a sus felinos, o defendiéndolos de su bulldog.
Jorge Luis Borges: Beppo, el gato de mal genio que adoraba a su amo. Mientras Borges se mostraba ausente, el gato le mostraba los cordones de sus zapatos. Luego, una vez cansado de jugar, le reclamaba subirse a su regazo, a lo que Borges asentía en silencio con un gesto. Allí quedaba dormido, ronroneando mientras las yemas suaves del escritor recorrían armónicamente por su pelaje.
William S. Burroughs: Crítico social, novelista y ensayista estadounidense, el responsable de renovar el lenguaje narrativo y una de las principales figuras de la generación Beat, dice en Gato encerrado: “Soy el gato que camina solo. Y para mí todos los supermercados son lo mismo. El gato no ofrece servicios. El gato se ofrece a sí mismo. Por supuesto que quiere cuidado y refugio. No se compara al amor por nada. Como todas las criaturas puras, los gatos son prácticos”.
Ernest Hemingway: Snowball, el tierno gato que inspiró a la periodista estadounidense Carlene Brennen a escribir el libro Los gatos de Hemingway, ya que el escritor tenía una relación muy cercana con los animales, especialmente con los gatos.
Ray Bradbury: Escritor estadounidense, conocido por sus obras de carácter fantástico y de ciencia ficción, como su hilarante Crónicas marcianas y la novela distópica Fahrenheit 451, donde Ray comenta sobre la capacidad creativa y los gatos. “Este es el gran secreto de la creatividad. Trata tus ideas como a los gatos: haz que te sigan”.
Hernann Hesse: El pintor alemán y nobel de la literatura en 1946, siempre sintió una profunda adoración por los gatos; era feliz cuando cargaba a su gato. Cuentan que se llamaba Lowe. Era muy inquieto, así que el escritor pasaba sus ratos libres persiguiéndolo por la casa.
Charles Bukowski: Escritor y poeta estadounidense, quien erróneamente fue asociado con los escritores de la generación Beat, por sus grandes similitudes de estilo y actitud, y que hoy en día es considerado uno de los más influyentes y símbolo del “Realismo Sucio” y la literatura independiente, escribió sobre los gatos: “Caminan con una dignidad sorprendente, pueden dormir veinte horas al día, sin duda y sin remordimiento: estas criaturas son mis profesoras”.
Philip K Dick: Para el prolífico escritor y novelista de ciencia ficción su gato Willis era una fuente de inspiración al escribir sus novelas. En una entrevista, Dick comento: “Mi gato Willis camina en silencio sobre las páginas de ese libro, siendo importante como es, con su larga cola con motas doradas. Hacerles entender, me dice que los animales son realmente muy importantes en estos momentos. Dice esto y, a continuación, se come toda la comida que había estado calentando para nuestro bebé. Algunos gatos son demasiado agresivos. La siguiente cosa que querrá hacer es escribir novelas de ciencia ficción. Espero que lo haga. Ninguno de ellos va a vender”.
Julio Cortázar: El escritor argentino, uno de los autores más originales e innovadores de su época, nombró a su gato T. W. Adorno, por el filósofo y sociólogo alemán. Además, el escritor menciona gatos en varias de sus obras, entre ellas Rayuela y El último round.
“Querer a las personas como se quiere a un gato, con su carácter y su independencia, sin intentar domarlo, sin intentar cambiarlo, dejarlo que se acerque cuando quiera, siendo feliz con su felicidad”.