Enclavado en el Monte de El Pardo se encuentra un espacio natural privilegiado, de extraordinario valor para la comunidad de Madrid y una de las mejores zonas boscosas conservadas de Europa. Un lugar que en plena naturaleza busca arropar a sus comensales con la misma calidez que brinda el fuego. Su nombre precisamente se origina de esas reuniones alrededor de este elemento que, entre amigos y familiares, cantos, baile y cuentos disfrutaban de la compañía y del ambiente.

El encanto especial de Filandón nace desde su propósito de vincular a los comensales con la tradición y los orígenes y se refleja no solo en su menú, sino también en su espectacular jardín y en su acogedora chimenea. Y es que el toque campestre que aporta la madera en su decoración, le aporta un aire elegante e íntimo y se une como un hilo conductor para hacer de su visita, un memorable recuerdo.
Con capacidad para 400 personas y un ambiente muy familiar, Filandón es uno de los lugares preferidos de muchos futbolistas y un imprescindible en las afueras de Madrid.

Filandón apuesta por una cocina mediterránea, tomando el fuego como eje central de su cocina con una de las técnicas más antiguas conocidas, como es la parrilla. Los guisos, arroces y las preparaciones de lenguado son algunos de sus platos más demandados. Aunque las estrellas de su carta las obtienen los pescados y mariscos. En su carta resaltan los postres, una verdadera delicia para el paladar que, tras cada presentación, se convierte en una obra de arte.


La decoración combina la madera vieja, suelos de piedra, elementos metálicos y una iluminación cuidada que conjuga el ambiente cálido y familiar que el espacio ofrece. Seis comedores, tres terrazas y un reservado forman parte de esta espectacular propuesta que invita a degustar, entre familia, platos artesanales con productos de calidad.