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Leslie Mota: Dios es el mejor legado para mis hijos

RESILIENTE.

fotos Raúl Ruiz estilismo Priscila Reinoso Cabrera makeup Bryan Santana peinado Phany’s Corner vestido de portada Jenny Polanco vestido azul/verde y set azul Nubah Store agradecimientos Mayra García de Pellerano

En un jardín, como ese espacio donde todo florece, conversamos con Leslie Mota, curadora de joyas, conferencista, fiel creyente de Dios, autora, esposa y sobre todos los títulos, madre. Una que cree fervientemente en el matrimonio y en la unión familiar y cuyo testimonio, que comparte con total honestidad en su libro Amor que libera, ha servido de ejemplo para liberar a madres, esposas y familias alrededor del mundo. 

Sus elegantes e imponentes joyas se han convertido, sin ser esta la intención, en un anzuelo divino para que personas, matrimonios y mujeres terminen dando un paso para cambiar sus vidas. No es para menos, Leslie es un libro abierto y una mujer que verdaderamente conecta. Su vida tiene las puertas abiertas porque está convencida de que lo más poderoso del aprendizaje, es poder ser compartido.

Ella, su matrimonio y su familia son el resultado de una gran transformación de Dios, donde el obstáculo de la adicción, el adulterio, la codependencia, el embarazo adolescente y las relaciones de roles invertidos con los hijos, son solo algunas de las batallas libradas con la mayor de las victorias.

Como madre, rompió cadenas de herencia generacional para sus hijos; como esposa, apostó por el amor y creyó en el matrimonio, y como mujer, no deja de lanzarse con éxito tras sus sueños. Esta edición de madres la celebramos con una mujer ejemplo de que en la vida, y en la maternidad, solo basta una promesa, un propósito y una palabra de quien la ha guiado siempre: Dios.

“El regalo más valioso que recibí de mi madre fue enseñarme desde niña que había un Dios que me amaba y que podía conectar con él a través de la oración”. 

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Ritmo Social: Detrás de las joyas, hay una mujer educadora, una esposa y madre cuyo testimonio de vida ha transformado la vida de muchos. ¿Qué simbología existe entre una joya y una vida transformada?

Leslie Mota: Una joya y una vida transformada comparten una simbología poderosa y profunda. Ambas están entrelazadas por la capacidad de transmitir una historia de cambio, crecimiento y redescubrimiento. Imagina una joya como un objeto inanimado al principio, oculto en las profundidades de la tierra. Al igual que nosotros los seres humanos, las joyas pasan por un proceso de transformación para revelar su verdadero brillo y belleza. 

De manera similar, nuestras vidas están llenas de desafíos, obstáculos y momentos de oscuridad. A veces, nos sentimos perdidos o sin rumbo, como una gema en bruto esperando ser pulida. Pero a medida que atravesamos las experiencias de la vida, aprendemos, crecemos y nos transformamos.

Una joya pulida y transformada refleja nuestra propia historia de superación y evolución. Cada vez que usamos esa joya, nos recuerda que hemos pasado por pruebas, que hemos encontrado la fuerza interior para enfrentarlas y que hemos emergido más fuertes y radiantes. Representan hitos alcanzados, expresión de identidad, superación personal, continuidad familiar, empoderamiento y autoestima. Son portadoras de historias y emociones, y actúan como símbolos y recordatorios tangibles de momentos significativos y de nuestro poder para transformar nuestra vida y encontrar belleza en medio de las adversidades.

RS: ¿Cómo y cuándo llega Leslie Mota Jewelry a tu vida y cómo es el proceso de curaduría de joyas temporada tras temporada?
LM: En 2017 me compré unos pendientes de esmeralda que la gente, sin conocerme, me paraba a preguntarme por ellos y dónde podrían comprarlos. Desde ese momento se me ocurrió empezar a comprar y vender algunas piezas a amigas y conocidas en Miami. Luego, mi madre fallece y entre el duelo y la pandemia, el proyecto cayó unos años. En el 2021 empiezo a planificar un trunk show en Santo Domingo en la tienda Lu & Bo, para esta misma temporada de madres. Desde ese evento, lo que inició como algo esporádico, se convirtió en la empresa familiar que somos hoy en día, donde junto a mi esposo Roberto, mi hijo Roberto José, y recientemente su esposa María Alejandra, somos un ‘dream team’, y combinamos la pasión por el fine jewelry y el trabajo en equipo en familia. En octubre del año pasado dimos apertura a nuestra primera joyería física en Santo Domingo y un showroom en Miami. 

Sobre la curaduría, traemos al mercado piezas únicas que perduren en el tiempo y que cuenten historias de vida. Curamos y ampliamos nuestra colección de piezas exclusivas, seleccionando cuidadosamente de los rincones más destacados del planeta, gemas y materiales preciosos de la más alta calidad. 

En lo personal, las joyas me encantaron desde pequeña. Mi papá me las regalaba para ocasiones especiales, como mi cumpleaños, y luego mi esposo, desde el noviazgo, también lo hacía, marcando con ellas tiempos especiales en nuestras vidas. Durante toda mi vida las he visto como tesoros que podrían trascender en mi familia de generación en generación.

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RS: Tu campaña de madres es un homenaje a madres que admiras, a través de las joyas. ¿Cómo fue el proceso de selección de estas grandes mujeres?

Lm: Nuestra intención fue crear una experiencia auténtica donde cada madre se sintiera representada y que nuestras joyas resaltaran su belleza y personalidad individual. El proceso de selección de las madres se basó en identificar mujeres que personificaran cada uno de los estilos de joyería que la marca ofrece. Ha sido maravilloso presenciar a Isabella Barceló como una Classic Mom, Roslyn da Cunha como Boho Mom, Kathy Rood como la Trendy Mom, Milagros Hoffiz como Vintage Mom, Briana de Moya como Edgy Mom, Wendy Durán como Contemporary Mom, Laura Ariza como Romantic Mom, Graciella Dietsch como Bold Mom; Gipsy Haché, Minimalist Mom; Olga Ortiz, Glam Mom y a mí como la Versatile Mom.

RS: Si tuvieras que hacer este ejercicio de The Mother’s Edit con tu mamá y con tu hija María Matilde, ¿qué título le pondrías a cada una? 

LM: Para mi hija María Matilde, cariñosamente conocida como Mati, definitivamente se titularía: “The Graceful Simplicity: A woman with the magic of classic elegance in Fine Jewelry”. Su sentido impecable del estilo se basa en la simplicidad y la sutileza. Ella elige piezas de joyería que acentúan su elegancia sin abrumarla, optando por líneas limpias, formas clásicas y detalles exquisitos, que resisten las tendencias efímeras y trascienden el paso del tiempo. Definitivamente, las joyas que la representarían serían: perlas, diamantes y cortes clásicos, esa es mi Mati.

En cuanto a mi madre, sería, “Xiomara. The Art of Eccentricc Luxury: A woman who loves Extravagant Fine Jewelry”. Mami era la amante de los gold chain necklaces, gargantillas, su piedra favorita era la turquesa, en estilo superecléctico y extravagante.

“MIS HIJOS TIENEN todos la determinación y la fuerza de poderse levantar cada vez que caen y ESO LO APRENDIERON DE MI ESPOSO y TAMBIÉN DE MÍ”.

RS: Conoces a tu esposo cuando tenías 15 años, a los 18 se casan a escondidas para no faltar a tu promesa con Dios y, pocos meses después, hacen una celebración pública. Casi tres décadas más tarde, vuelven a contraer nupcias… ¿de qué se trató esta nueva celebración?

LM: En el 2018 cumplíamos 23 años de casados, sentí el deseo de hacer la boda de mis sueños, fue un detalle hermoso de Dios porque él me confirmó que fuera ese año, fue el día de nuestro aniversario de bodas. Luego, me di cuenta de que Dios me inclinó a hacerlo en esa fecha porque mi madre falleció seis meses después de este día, él hizo todo para que la tuviéramos ahí con nosotros. Decidimos sellar nuestro pacto de matrimonio, lo hicimos en la compañía de los amigos y familia que fueron testigos de nuestra evolución y de la restauración de nuestro matrimonio.

RS: Tenías 18 años también cuando descubriste que serías madre por primera vez. ¿Qué sentiste? 

LM: Sentí miedo por ser jovencita, pero estaba muy feliz, alegre, me sentí que tenía dentro de mí un regalo de parte de Dios. Lacté a mi hijo por más de un año, fue un hijo muy amado y esperado, ¡una experiencia bellísima!

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RS: ¿Cuáles conductas aprendidas de tu mamá te viste repitiendo con tus hijos y cuáles de tus enseñanzas como madre te gustaría ver repetir en tus hijos cuando se conviertan en padres? 

LM: El regalo más valioso que recibí de mi madre fue enseñarme desde niña que había un Dios que me amaba y que a través de la oración podía comunicarme con él. Al igual que mami, sembré el amor de Dios en los corazones de mis hijos. Eso es para mí el legado de amor más grande que quisiera que mis hijos sigan repitiendo cuando se conviertan en padres. Otra cosa que quisiera es que mis hijos sigan autoconociéndose, yendo a terapia, trabajar las emociones, construir una familia basada en el amor y en la comunicación efectiva de las emociones. Que no repitieran cosas que yo viví, donde los roles estaban invertidos.

RS: ¿Qué ves de ti y de tu esposo en Roberto José, María Matilde, Sofía y Beatriz? 

LM: De manera general, que mis hijos aman a Dios al igual que yo. En lo particular, de mí en mis hijos: Mati es sensible, Roberto José tiene una fe inquebrantable, Sofía y Beatriz, las más pequeñas, tienen lo sociable y extrovertidas. Y de su padre, ecuanimidad y todos la determinación y la fuerza de poderse levantar cada vez que caen.

RS: Ustedes son el resultado de un matrimonio y una familia restaurada. ¿Cómo llega el amor propio y la autoestima a sanar en cada uno de ustedes? 

LM: Como familia, nos hemos trabajado individualmente las heridas causadas por el abandono y todo lo que atravesamos; fuimos restaurados por Dios, pero también con mucho trabajo de terapia.

RS: ¿En qué momento de tu proceso te sentiste lista para transparentarte con el mundo y escribir tu libro El amor que libera

LM: Luego de 10 años en recuperación, decidí que estaba lista de compartir mi historia, cuatro meses después que mi madre murió. Yo tenía 10 años de cuadernos repletos de experiencias y vivencias, para mí, siempre tenía una historia que contar con mi testimonio a mujeres que estaban atravesando lo mismo que yo, y cómo podían ser restauradas ellas y después sus matrimonios.

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RS: Sobre el título, haces referencia al amor incondicional de Dios, pero también, a mi interpretación, al amor propio. Cómo mujer codependiente que sanó, y con los aprendizajes de hoy, ¿cómo se identifica esta enfermedad, cómo se inicia a poner límites y cuáles hubieses puesto años atrás de haber sabido antes lo que conoces hoy? 

LM: La codependencia es una enfermedad muy presente en las familias. Desde antes de conocer la enfermedad y trabajarla, hice mucho daño en el nombre del amor. Para mí, la codependencia es una actitud obsesiva y compulsiva hacia el control de otras personas y las relaciones, olvidándome de mí para enfocarme en los demás. Los límites puedo ponérmelos a mí, no a la otra persona. Hace 14 años hubiera buscado ayuda antes, asumiendo el compromiso de trabajarme, conocerme. Yo quería cambiar a mi esposo cuando lo único que podía hacer era cambiarme a mí.

RS: En tu libro hablas del perdón, pero también del perdón con distancia aplicable a las personas que no traen sanidad a tu vida. ¿Cómo esposa que creyó en las oportunidades, en circunstancias muy difíciles, no te sentiste violentar esta “norma” o pensamiento propio en alguna ocasión? 

LM: Yo dispuse mi corazón para el perdón desde antes de que mi esposo entrara en el proceso de recuperación. Entendí que Dios siempre tiene un plan, como él me perdona a mí, debemos perdonar a los demás. Hay relaciones tóxicas donde debemos tener distancia porque la otra persona no se trabaja, y esas relaciones podemos dosificarlas.

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RS: La infidelidad es un tema que abordas con franqueza, expones testimonios y ejemplos de matrimonios con hijos que no lo perdonaron y otros que sí. La Leslie de hoy, ¿cómo abordaría esta situación y cuáles son las bases que necesita un matrimonio y los hijos que optan por seguir adelante a partir de ese punto? 

LM: Soy una fiel creyente del valor del matrimonio. El matrimonio es el primer ministerio fundado por Dios. Lamentablemente, se ha dado un mensaje erróneo, a las niñas desde muy temprano se les dice que vendrá un príncipe azul a hacerlas felices cuando es cuestión de tres. El amor, el respeto y la comunicación deben ser protagonistas. El matrimonio no tiene el poder de llenar el vacío que tenemos, solo Dios puede hacerlo, por eso vemos tantos divorcios en estos tiempos. Es un jardín donde hay primaveras, pero también donde hay inviernos; necesitamos estar preparados para cada temporada. En mi experiencia, un matrimonio sin Dios en el centro es un matrimonio sin fundamento. Solo de la mano de Dios y de mentores se puede formar un matrimonio sano para así poder construir una familia funcional. Yo abordaría este tema buscando ayuda espiritual y emocional. Si hay un deseo genuino de dejarse llevar y trabajar la relación, Dios transforma y restaura el matrimonio. Nosotros somos un milagro de Dios. Hoy mis hijos, nieta y yo podemos disfrutar de un esposo y padre amoroso y entregado. No hay milagro más grande de ver el valor de un matrimonio restaurado. No son dos vidas, en mi caso, son seis vidas las que fueron marcadas para dejar un mensaje de fe y esperanza. 

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RS: ¿Cómo se mantiene el matrimonio, y la vida, después de la maternidad, sin dejar ninguna de las partes en desventaja? 

LM: Está en la naturaleza de la madre dedicarse y enfocarse a los primeros años de vida de nuestros hijos. El amor y la dedicación son esenciales para el desarrollo emocional de ellos en esta etapa. Sin embargo, nosotras las madres debemos de tratar de poder combinar, de una forma equilibrada, nuestro desarrollo profesional sin dejar de lado nuestra función de madres y de esposas, pues llega el momento en el que nuestros hijos crecen, se van y es saludable fomentar la independencia de la mujer. Así evitamos el tan mencionado “nido vacío” pues nos habremos preparado emocionalmente para continuar la relación con nuestros esposos ya sin nuestros hijos en casa.

RS: En un mundo y sociedad que defines “llena de máscaras”, ¿cómo se reconoce y se trabaja efectivamente la adicción en un adulto y en un adolescente con alta exposición social desde la perspectiva de una madre y de una esposa? 

LM: Lo primero es identificar que uno tiene máscaras para así romper la negación. Desde el momento en que se rompe la negación del paciente, la familia se empieza a transformar e inicia el proceso de desmontar los mecanismos de defensa que no permiten que la persona adicta conecte. Se trata de romper la negación, hacer contacto con mi realidad, reconocer que es una enfermedad biológica, psicológica y social para modificar patrones de conductas y lograr los que me lleven a vivir un estilo de vida más sano, aprendiendo a escoger lo que me conviene en lugar de lo que me da placer. Pero, si el adicto no quiere ayuda, yo como madre o esposa puedo empezar a hacer las cosas distintas para poner límites en mí que me ayuden a protegerme. 

“Como familia, nos hemos trabajado individualmente las heridas causadas por el abandono y todo lo que atravesamos.fuimos restaurados por Dios pero también somos el resultado de mucHA terapia”. 

RS: Siendo la adicción una realidad que estuvo presente como herencia generacional en la familia de tu esposo, como madre, ¿cómo rompes esa cadena para liberar a tu descendencia?

LM: El primer paso es reconocer que hay una enfermedad y que esta enfermedad requiere de una cura más allá de parar de consumir una sustancia, sino ver internamente nuestras carencias emocionales. Porque esta cadena se alimenta de las carencias emocionales que recibimos de nuestros padres (que dieron lo mejor de ellos ). Sin embargo, no les enseñaron cómo conectarse con ellos mismos, por consecuencia, no conectan con sus hijos y sus hijos son personas desconectadas que buscan llenar sus vacíos por medio de sustancias, personas, trabajo…

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RS: Tu hija María Matilde fue madre a los 17 años, y cinco años más tarde, en octubre del año pasado, la vimos contraer matrimonio con la pareja por la que tanto le oraste a Dios. Como familia cristiana, ¿cómo afrontaron la situación de un embarazo adolescente para que terminara siendo un caso de éxito en la vida de tu hija y de tu nieta Lucía? 

LM: Cuando Mati quedó embarazada, para nosotros fue algo inesperado, mi esposo y yo no pensábamos nunca que acontecería algo así a nuestra niña, pero sabíamos que Dios tenía su propósito con ella. María Matilde es una hija supervaliente, criada en un hogar cristiano; ella respetó la vida, fue valiente para decirnos que estaba embarazada y nosotros la apoyamos. No la obligamos a casarse, lo enfrentamos con alegría, agradecimiento y juntos como familia. Nosotros, que trabajamos con parejas y familias, pensábamos en lo que diría la gente de cómo nos pasó esto a nosotros, pero es una lección de que nada en la vida es perfecto, pasan cosas que no entendemos en el momento. Lucía llegó a nuestras vidas para llenarnos de amor. Cuando ella nació, mi hijo Roberto José le cortó el cordón, estabamos todos en la habitación para recibirla, todos llorando y emocionados porque ella es un milagro de Dios en nuestras vidas. Mi esposo no pudo disfrutar tanto de nuestros hijos en sus primeros años, con Lucía Dios le dio la oportunidad de disfrutar de un bebé en casa. Ellos dos tienen un vínculo muy especial, Lucía llama a su abuelo todos los días antes de ir a la escuela. Mati es la mamá que más admiro, estudió sus primeros cuatro años de medicina y siempre estuvo ahí para su hija, el cansancio no la vencía. El esposo de Mati, Daniel, la conoció cuando Lucía tenía 10-11 meses; empezaron un lindo noviazgo y después se comprometieron. Daniel es otro hijo para mí, tomó a mi nieta como su hija. El matrimonio de Mati fue un sello del pacto De Dios con nosotros. Dios la bendijo con un hombre maravilloso y celebró un matrimonio lleno de detalles preciosos. Él nos da siempre más de lo que estamos esperando.

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RS: ¿Qué tan distinta o parecida a la maternidad fue convertirte en abuela con la llegada de Lucía?

LM: Lucía llegó a mi vida siendo una mujer más madura, pero aún joven. Mi nieta es amor puro, hemos desarrollado una relación de cómplices. Es un amor más maduro y tranquilo, los nietos son algo maravilloso, el corazón se llena demasiado con ellos. 

RS: Junto a tu esposo y a tu primogénito, Roberto José, fundas el Ministerio Regresando a la Esencia. ¿Cómo llega este proyecto a sus vidas y qué propósito tiene con la familia? 

LM: ‘Regresando a la Esencia’ lo abrimos en Miami cuando nos fuimos de República Dominicana, me sentía lista para compartir mis vivencias con mujeres para que pudieran orar por sus familias. Mi hijo, mi esposo y yo, los tres juntos, recibimos el mismo mensaje con la misma dirección de Dios. Teníamos los miércoles en nuestra casa personas que estaban viviendo todo lo que habíamos atravesado como familia. Trabajamos todas las enseñanzas de Dios, pero al mismo tiempo las emociones, nuestro interior, si no nos trabajamos emocionalmente, no podemos aplicar lo que aprendemos en lo espiritual.

RS: El último capítulo de tu libro, lo escribe tu hijo mayor, donde se refiere a ti como su ‘héroe de la fe’. ¿Cómo se trabaja la relación de una madre y un hijo y qué tan importante es Dios durante todo el proceso? 

LM: Lo más importante en una relación de madre e hijo es que cada uno ejerza el rol que le pertenece. Muchas veces le hacemos daño a nuestros hijos porque no ejercemos los roles de padres e hijos. Le entregamos responsabilidades que no le pertenecen. Por el consumo de mi marido, mi hijo mayor ejerció el papel de padre de familia y mi marido emocional. Esto le robó su niñez y depositó sobre él responsabilidades que eran muy fuertes para un niño. Hoy tenemos una relación sana gracias a Dios, ayuda terapéutica y las ganas de ambas partes de formar una relación sana. El trabajo de una relación está basado en el amor incondicional, con límites saludables, comunicación sin juzgar y aceptación cuando su camino como hijos no va acorde a nuestro plan como padres.

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RS: Miami es tu segundo hogar… ¿qué ha aportado esta ciudad a tu manera de ver la vida? 

LM: Miami fue el lugar donde mi familia fue restaurada. Siempre significará para mí un génesis, un principio. Un sí es posible comenzar de cero y, con la mano de Dios, seguir adelante.

RS: ¿Qué mensaje te gustaría dejar grabado en las madres dominicanas? 

LM: Hacer consciencia de que la figura materna en el hogar es determinante, pues como dice la palabra, la mujer sabia edifica su casa, mas la necia la destruye. Debemos actuar coherentemente buscando siempre la dirección de Dios y siendo un buen ejemplo para nuestros hijos en todo momento.

CONFESIONES ÍNTIMAS

Una piedra preciosa: Diamante 

Un accesorio: Anillo

Una temporada: Primavera

Un diseñador/joyero: Jusef Sánchez

Un color: Blanco

Una ciudad: Jerusalén 

Un Dios: Todopoderoso 

Un propósito: Compartir la grandeza de Dios

Salvar o ser salvado: Salvar

Algo que nunca falta en tu cartera: Pintalabios

Un pasatiempo: Escribir

Una habilidad que nadie se imagina que tienes: Leer a la gente, conectar 

Un adjetivo que une a la Leslie del 1993 con la Leslie actual: Cariñosa 

El mejor recuerdo de infancia junto a tus padres: Los domingos saliendo a pasear junto a mis padres y mis hermanitos

Un año: 2009

Un momento: Nacimiento de mi nieta Lucía

Una promesa cumplida: La restauración de mi familia 

Un capítulo y un versículo de la biblia: “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria”. 2 Corintios 417-18

Cada uno de tus hijos en una palabra:

Roberto – líder

Mati – valiente

Sofía – persistente

Beatriz – amorosa 

El mejor consejo que has recibido de tus hijos: Dejar el teléfono para estar presente

La base de un matrimonio: Ser personas sanas

El mayor reto como madre: Entender que cada uno es diferente y amarlos sin diferencias 

lo que más te ha sorprendido de convertirte en abuela: Ver la gran madre que es Mati

Un testimonio que haya tocado tu vida: El de mi esposo 

El siguiente capítulo por escribir de tu familia: Ver a cada uno de mis hijos formar su propia familia 

UN SUEÑO por cumplir: Seguir viendo a mi familia crecer y desarrollarse, expandir la marca Leslie Mota Jewelry y seguir llevando mi testimonio de vida a más mujeres y madres en el mundo.

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“LAs madres debemos actuar con coherencia, recoRdando siempre que somos un ejemplo determinante para nuestros hijos”.

Natalia Nachon
Natalia Nachon
Former Coordinadora Editorial de Ritmo Social, Former Editora de Ritmo Platinum y Creadora y Fundadora de #PSITSFANCY, la columna de moda y lujo de esta revista.
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