Distinguidas familias que con su labor se han vuelto parte de la tradición de los dominicanos.
fotos: Michy Watchao y Fuente externa
Un homenaje a lo nuestro desde una visión empresarial.
El trabajo tesonero que han forjado hombres y mujeres a favor del desarrollo de la nación ha trascendido fronteras por la entrega y pasión que han depositado en sus proyectos personales, que, sin imaginarlo, han transformado e impactado de manera positiva la vida de muchas personas.
En la República Dominicana existen familias que han dejado marcada sus huellas en la historia gastronómica, cultural, artística y turística del país, ya que, con el pasar del tiempo, han llegado a convertirse en referentes de la idiosincrasia nacional por construir imperecederos patrimonios que hasta nuestros días gozamos, al igual que lo harán las futuras generaciones.
Estos emporios han jugado un papel preponderante en nuestra identidad cultural por crear marcas que se han impregnado atemporalmente en la rutina del dominicano día tras día.
Por ejemplo, el disfrutar desde sorbos de café, deleites con sabor a chocolate, de la rica esencia del tabaco, como también, el gozar de las bondades del arte o hasta sumergirnos en las profundidades de nuestras hermosas playas.
Destacamos las empresas familiares que llenan de orgullo a los dominicanos dentro y fuera de la media isla.
Fábrica de Cigarros La Aurora
Una tradición de más de un siglo que aún conserva los valores inculcados por su gestor, Eduardo León Jimenes. Este ilustre legado ha sido asumido por Guillermo León Herbert, quien funge como presidente de la empresa familiar, cuya misión es ofrecer a los amantes del tabaco unos productos de extrema calidad que los transporta sensorialmente a las raíces de su fundación.
“La Aurora sigue siendo una empresa modelo, productiva y que conserva la filosofía que nos ha identificado a través del tiempo, sustentada en valores y principios que han sido el mejor legado que se nos ha ofrecido, no solo a las nuevas generaciones de la familia, sino que también a nuestros empleados”, asegura León Herbert.
Grupo Puntacana
La familia Rainieri ha construido un impoluto legado en la industria turística, donde ha enaltecido las bondades de la exótica Punta Cana, al convertirse en pioneros del turismo sostenible, gracias a la innovación que han plasmado en cada uno de sus proyectos hoteleros.
“Creo que realmente no hemos creado nada en Punta Cana, solo hemos destacado lo que Dios nos ha dado. Es un lugar hermoso con unas playas paradisíacas de arena blanca y aguas color turquesa enmarcadas con cocoteros y un clima excepcional con intenso sol en el día y suave brisa en las noches”, manifiesta Haydée Rainieri, Vicepresidente Senior de Hospitalidad y Recursos Humanos del Grupo Puntacana.
Induban
Los Perelló sí han sabido colarse en el gusto de los dominicanos. Solo basta el aroma del café Santo Domingo para embriagarnos con la exquisitez que desborda este producto que tiene impregnado en su esencia la identidad nacional, que por tantos años forma parte de nuestra tradición.
“En Induban y Café Santo Domingo, nos debemos al pueblo dominicano. No es compromiso ni obligación, somos dominicanos. El café es nuestra razón de ser, nuestro ADN, nuestra sangre. Somos café y somos dominicanos”, puntualiza Manuel Pozo Perelló, presidente de la compañía.
GRUPO SID
Durante 84 años, este consorcio de empresas se ha destacado por implantar su desarrollo dinámico, orientado a satisfacer las necesidades de los consumidores dominicanos, quienes han hecho de los productos que estos comercializan y distribuyen en todo el país, los predilectos de su diario vivir, convirtiéndolos así en parte esencial de su tradición familiar.
“La Marca País de la República Dominicana somos todos, por lo que contamos con cada uno de los que, con orgullo nos llamamos dominicanos, para integrarnos y hacer nuestro, el éxito de nuestra marca país”, asevera Ligia Bonetti, presidenta ejecutiva del Grupo SID.
KahKow
La familia Rizek con esta compañía rinde tributo a la dominicanidad, al exaltar el cacao orgánico que se produce en este país, el cual es considerado el mejor del mundo.
“Es el legado de toda una vida. Desde mi bisabuelo, que llegó de Palestina, Nazaret, se ha dedicado a esta actividad, entonces nos sentimos más que identificados con el cultivo del cacao, además de que tienen razones sentimentales, familiares y que tiene procedencia aquí en la República Dominicana”, dice Héctor José Rizek, presidente de la empresa.
