Fotos: Cortesía de la entrevistada
Ximena Castillo es una creativa innata que con su ingenio es capaz de hacer de lo ordinario, looks verdaderamente extraordinarios en el fascinante mundo del estilismo de moda. Para ella, la moda está en todas partes, es una forma de expresión, un escape y un lenguaje que llena cada uno de sus días y con el que contagia todo y a todos a su alrededor.
Su desbordante creatividad no deja de sorpréndenos, ejemplo de ello, es la reciente propuesta creativa que realizó para el Instituto Marangoni en Milán, donde se forma como Fashion Styling. Ximena Castillo Rivera nos cuenta que en una de sus cl ses universitarias le fue asignada realizar una propuesta creativa que consistía en producir tres fotografías para una marca de su preferencia, utilizando accesorios y manteniendo la estética de la marca. Con la espontaneidad que le caracteriza aprovechó las vacaciones universitarias y su estadía en Santo Domingo para dar vida algunas piezas piezas del armario familiar que sabía que podía utilizar para crear el estilismo.
Inspirada por la gran curiosidad y atención que le genera la propuesta de Gucci con Harry Styles, decidió seleccionar la marca para realizar la campaña bajo el concepto “Genderless” (Sin género), motivada por el gran logro de la firma de crear una transformación del guardarropa de los hombres con el propósito de una plataforma de libertad sin restricciones.
Lo extraordinario de la campaña radica en la escogencia de la indumentaria, accesorios y su protagonista. Castillo Rivera cuenta que no tenía modelo, lo que puso de manifiesto su ingenio, y al mirar a su alrededor, allí estaba Julio Sena, el colaborador del hogar siempre feliz y dispuesto a cooperador en todo. Ella fue capaz de ver en él sus rasgos físicos y aptitudes favorecedoras, algo que desde ya era diferente para su presentación en Milán.
Detrás del colorido de la cartera, lentes de sol y collar en tonos rosados que conformaron el outfit de Julio, estaba la complicidad de su madre la empresaria y fashionista Letty Rivera, dueña de la mayoría de las piezas utilizadas y de quien heredó su pasión por la moda. Además, los zapatos de su padre cobraron gran protagonismo en la narrativa visual, y la aceptación del empírico modelo para el cambio de color de pelo, sumado al artista del lente que les acompañó.
Ximena describe la experiencia como sumamente divertida, la cual le enseñó que de algo muy sencillo pueden surgir grandiosas ideas. Su creatividad fue valorada de manera muy positiva por la universidad, resaltando la elección de un modelo con un físico diferente y la utilización del término “Genderles” (Sin género), lo cual les impactó.
La niña que soñaba con pertenecer al mundo de la moda, que hojeaba revista y se deslumbraba al ver a su madre y abuela vestirse, en la actualidad es una joven promesa que va construyendo su historia, formándose profesionalmente y viviendo en la encantadora ciudad de Milano.