RITMO DEL ARTE.
James Turrell
texto Petra Minaya fotos fotos Fuente externa
Posiblemente, cuando piensas en arte, lo primero que te llega a la mente es una sala repleta de diferentes cuadros por doquier, esculturas y otras obras tangibles que se llevan a cabo, utilizando cualquier tipo de materia elegida por el autor, dándole forma de acuerdo a lo que quiera transmitir a los espectadores.
En esta ocasión es todo lo contrario: James Turrel ha sido definido como el arquitecto de la luz. Y no es para menos, sus obras se pueden apreciar como la forma más expresiva que tiene el artista para enseñar la importancia de la luz, y convencer de que con esta energía se puede hacer mucho más que solo utilizarla de la forma habitual en que las personas hacen uso de ella.
La luz y el espacio, dos elementos que el artista ha convertido en el principal centro de sus obras, deslumbrando con cada una de sus exhibiciones y jugando con la percepción de las personas que se hacen partícipes de sus presentaciones. Sus estudios sobre la luz y la modificación de espacios fueron, quizás, el primer paso para emprender el camino que ha tomado en los últimos 50 años.
Con el peculiar uso de estos elementos, abre puertas y ventanas, y hace que las personas se sientan en un lugar que, aunque sea conocido, con su arte se convierte en un espacio totalmente diferente, con una arquitectura que no se asemeja para nada a lo que inicialmente se había visto.
Desde el 1979, el volcán Rodan Center, de Arizona, el cual está totalmente inactivo, ha sido uno de los lugares donde el artista ha implementado, con sus principios estéticos, convertir este lugar en una verdadera obra de arte totalmente divorciada de lo trivial, creando pasadizos y recamaras con el fin de hacer de este espacio un observatorio de los fenómenos estelares, siendo este uno de sus proyectos más ambiciosos.
«Mi trabajo es sobre el espacio y la luz que habita en él. Se trata de cómo se puede hacer frente a ese espacio y materializarlo. Se trata de tu visión, como el pensamiento sin palabras que proviene de mirar hacia el fuego».