InicioEntrevistasJake Kheel, cómo el turismo puede convivir con los sargazos

Jake Kheel, cómo el turismo puede convivir con los sargazos

texto Jake Kheel fotos Juan Mendoza

En el verano de 2011, cantidades masivas de algas sargazos (Sargassum sp.) comenzaron a desplazarse hacia El Caribe y México, convirtiéndose en una de las principales amenazas a la industria turística. “La marea marrón” de sargazo se acumula en manchas impenetrables en las aguas costeras, mientras se amontonan en las playas.
Los sargazos causan diversos impactos ambientales: reducen la luz y oxígeno en el agua, causando zonas muertas; aumentan la concentración de nutrientes, afectando la fauna marina; convierten el color turquesa de nuestros mares en café con leche; erosionan la playa; y producen un nocivo olor a podrido, entre otros.


El daño ambiental y económico que ha causado el sargazo en países como la República Dominicana ha sido severo. Además de que es costoso removerlos, ocasionan un daño incalculable a la imagen turística de la región.
Hasta ahora, la industria turística ha tenido que buscar soluciones a los sargazos sola. En el 2018, en la República Dominicana, se formó una Comisión Presidencial para el Manejo de los Sargazos en República Dominicana, con la participación del sector turístico, empresas vendiendo equipos de sargazos y altos representantes del gobierno. Existía la buena voluntad del Estado aportar recursos para enfrentar esa amenaza, pero nunca materializaron.


Grupo Puntacana, un pionero en diversos temas de sustentabilidad, ha creado una estrategia integral para enfrentar los sargazos, que se basa en la experimentación constante. Primero, necesitamos proteger nuestras playas. Una vez las algas llegan a la playa, ya han impactado la experiencia del visitante y nuestro negocio. Desde que comenzaron a llegar los sargazos hace 10 años, hemos probado una docena de distintos tipos de barreras flotantes para retener los sargazos antes de llegar a la playa.


Las que mejor han funcionado son barreras que inventamos nosotros mismos en Grupo Puntacana, usando materiales localmente disponibles con un diseño propio, pero que compartimos con empresas interesadas. Hemos instalado más de 7 kilómetros de barreras flotantes frente a nuestra propiedad y han sido exitosas, reteniendo entre el 70% y 90% de los sargazos invasivos.

Segundo, las barreras requieren un mantenimiento constante que incluye limpieza, reemplazo de partes y el constante monitoreo de su funcionamiento. La comunidad local de pescadores en Punta Cana ha sido imprescindible en la fabricación, instalación y mantenimiento de las barreras flotantes que han protegido nuestras costas durante los últimos años. Dejando la pesca, han adaptado sus habilidades marítimas a la protección de las playas y la defensa del turismo. En el Este, la Asociación de Artesanos y Servicios Marítimos (ARSEMAR) se ha convertido en experta innata en el manejo de sargazo. Defender la playa es su negocio.


Tercero, después de que logremos tener playas limpias, hemos explorado diferentes tecnologías para recolectar y transformar los sargazos en diferentes productos. Actualmente, estamos trabajando con socios estratégicos en tres proyectos experimentales para transformar el sargazo en productos útiles, como el compostaje, biogás, y productos sostenibles, como platos compostables.
El origen de la invasión de los sargazos es aun un misterio. Las teorías que explican los desembarcos de sargazo en El Caribe y México son casi tan abundantes como las propias algas: cambio climático, cambios en las corrientes oceánicas, el fenómeno meteorológico de “El Niño,” nubes de polvo del Sahara y nutrientes de las granjas brasileñas-amazónicas, entre otros. A pesar del enigma de su origen, los científicos han concluido que la presencia de los sargazos en el Caribe va a continuar. Como el virus COVID-19, pareciera que tendremos que aprender a convivir con los sargazos hacia el futuro.


La invasión de los sargazos no es el primer ni el último cambio global que enfrentaremos. El impacto humano hacia los ecosistemas naturales, la sobreexplotación de los recursos naturales y el cambio climático, indudablemente, nos traerán más sorpresas ecológicas, como los sargazos, en el futuro. Nuestra capacidad de ser resilientes y adaptarnos a nuevos retos ambientales determinará el futuro del turismo en la región.

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