La nueva temporada de ‘The Crown’ recrea la compleja relación entre la reina de Inglaterra y su Primera Ministra durante 11 años: una mezcla de admiración y condescendencia, pero sobre todo dos maneras muy distintas de ver el mundo. Isabel II y Margaret Thatcher, la política cuya relación y enfrentamiento fue muy comentada y analizada por los cronistas de la época.
La Dama de Hierro contra otra mujer de armas tomar, un tándem inolvidable del cual se ha hecho un detallado recordatorio en el documental de 2012 The Queen and Her Prime Ministers. contando con testimonios muy valiosos que traen al presente llamativas anécdotas sobre las dos.
En un momento convulso social y económico en Reino Unido, Isabel II no estuvo en muchas ocasiones de acuerdo con las decisiones tomadas por Thatcher. La huelga de mineros, por ejemplo, apoyada con ímpetu por las esposas de los trabajadores, dividió a la sociedad. Thatcher se opuso abiertamente y quiso restar poder a los sindicatos. Isabel II, sin embargo, mostró su simpatía por aquellas mujeres activistas que apoyaban a sus maridos en un momento crítico.
El carácter de ambas también fue algo que las distanció. El apodo de la Dama de Hierro no era casual. La frialdad de carácter de Margaret Thatcher, su seriedad y falta de sentido del humor. Isabel II es una mujer que siempre ha hecho uso, sin embargo, de un ingenio irónico con el que a la política le costaba lidiar.
Parece que esta diferencia de caracteres servía a la reina para divertirse, en ocasiones, a costa de Thatcher, así lo refleja el documental de Amazon Prime de 2014 . En él, la periodista real Judy Wade recuerda cómo Thatcher insistió en saber cómo iría vestida la reina a un evento en el que ambas iban a encontrarse. La respuesta de Palacio estuvo cargada de ironía y supuso todo un desplante: «No se preocupe, la reina nunca se da cuenta de lo que visten otras mujeres».
El biógrafo real Hugo Vickers al recordar que Isabel II se mostró “muy molesta” ante la forma en la que Thatcher fue derrocada, en el fondo ambas se apreciaban y se admiraban. Las pruebas más significativas fueron que Isabel II quiso honrar a Thatcher con la Orden del Mérito y no faltó a su funeral. “Fue el primer funeral de un primer ministro al que asistió la reina desde Churchill”, apunta ‘Tatler’.
