InicioEntrevistasFreddy Ginebra: "Mi corazón es una guagua de dos pisos"

Freddy Ginebra: «Mi corazón es una guagua de dos pisos»

Sus hijos y nietos son sus más grandes tesoros de la vida.

La calidez que emana del verano nos acompañó en una mañana llena de anécdotas familiares que nos tocaron las fibras más sensibles del corazón, haciéndonos revalorizar la importancia de la familia. Fue en ese escenario que Don Freddy Ginebra, con su afabilidad y carisma, nos dejó entrar a su universo para mostrarnos el rol que más satisfacción le ha generado: ser padre y abuelo.

entrevista Milagros De Jesús fotos Julio César Peña agradecimientos Alcaldesa Carolina Mejía, Casas del XVI, Ignacio Peñalver y Mesón de Bari diseñadores Carola López y Albert Espíritu.

Nuestras páginas se engalanan con la presencia de este gestor cultural de larga trayectoria en la historia dominicana, quien ha logrado encumbrarse como una de las figuras más relevantes del país por servir de trampolín para que las nuevas generaciones que se interesan por el arte y la cultura tengan un espacio donde plasmar sus ideales. Pero, más allá de su quehacer inventivo, hay un legado que ha forjado con esmero, siendo este su mayor obra: la hermosa familia que ha procreado. Les invitamos a disfrutar de esta cautivadora entrevista como regalo del Día de los Padres.

ALMA BOHEMIA.

Fredy Ginebra

RITMO SOCIAL: Es innegable el talento que usted ha demostrado como artífice que destaca en distintas facetas, pero, cuéntenos, ¿cómo es en realidad Freddy Ginebra, el ser humano?

FREDDY GINEBRA: Depende el día. En algunos soy luminoso y en otros oscuro, pero también, otros de pura alegría y otras tristezas. Lograr el equilibrio es siempre mi intención, cada mañana trato de ser lo mejor posible, combinando lo bueno que tengo dentro y tratando de corregir mis imperfecciones, que son muchas. Creo que intento ser un hombre bueno y entregado a los demás. Solo salgo a la calle cuando tengo la sonrisa dibujada en el corazón y así contagiar a los demás.

RS: Desde niño, uno imagina alcanzar logros en la vida y cumplir sus sueños. ¿Considera que los suyos se materializaron por completo?

FG: Estoy muy agradecido de la vida, he ido logrando casi todo lo que soñé en mi infancia. No ha sido fácil. Aprendí que, solo trabajando y con disciplina, se pueden materializar los sueños. Yo comencé a caminar hacia mis metas muchas veces sin darme cuenta y otras veces para ayudar a otros. Dando he recibido más de lo que esperaba.

RS: Si llegáramos a adentrarnos en los recónditos recuerdos de su infancia, ¿qué encontraríamos? 

FG: A un niño feliz muy amado por sus seres queridos.

RS: La vida suele ser a veces un entramado difícil de comprender, ¿qué aprendizajes le han marcado durante su trayecto por este mundo?

FG: Que la vida es una oportunidad para prepararnos para la eternidad, que hay que vivirla con pasión, atreviéndonos constantemente, venciendo los miedos que nos acechan, aprendiendo de las pruebas que se nos presentan y, hasta que no descubrimos que en la entrega está el encuentro, no seremos felices. La vida es un reto y hay que asumirla con valentía.

“La Casa de Teatro ha sido un lugar donde todo aquel que tenga algo importante que decir tiene derecho a hacerlo.”

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RS: De manera comparativa, ¿cómo define al Freddy Ginebra de antes y el de ahora? ¿Qué cambiaría de ambos si tuviese la oportunidad?

FG: Me sorprendo de ver que el Freddy de antes es el mismo al Freddy de hoy, pero con más experiencia. He aprendido mucho de mis fracasos, de los aplausos nada.

RS: Una vez nos dijo: “Soy un profesional del optimismo”. ¿Alguna vez se ha resquebrajado? 

FG: Claro, muchas veces, pero he vuelto a componerme. Cada día se nos da una nueva oportunidad para recomponernos y ser felices. No me doy por vencido fácilmente, soy un luchador incansable y tengo mucha fe en lo que me propongo. Confío mucho en la gente y generalmente no me decepcionan. Hace muchos años solo veo lo bueno en el otro. Vivo rodeado de gente hermosa, así lo he decidido.

RS: Háblenos un poco de cómo inició su idilio con el escenario artístico y cultural

FG: Desde niño, quise ser artista. Me inventaba pequeñas obras y las hacía frente a mi familia y amigos en azoteas y zaguanes. Hice teatro en el colegio, en Bellas Artes, luego televisión, mucha televisión, y de repente surgió Casa de Teatro y ya no pude parar. Dejé de ser actor para convertirme en gestor cultural y ahora, en el otoño de mi vida, me he convertido en actor de cine. Dios ha sido generoso conmigo y antes de regresar me ha consentido mucho. Claro, me lo ha cobrado, nada gratis, Él sabe que esta vida es otra cosa. 

RS: Casa de Teatro es un refugio donde converge el expresionismo de ideas de toda índole. ¿Qué tan desafiante ha sido continuar sosteniendo este umbral del arte y la cultura dominicana en estos tiempos tan cambiantes? 

FG: Siempre he creído que las ideas se combaten con ideas, jamás con las armas o la violencia. La Casa de Teatro ha sido un lugar donde todo aquel que tenga algo importante que decir tiene derecho a hacerlo. No siempre comulgo con lo expuesto, pero creo en la libertad del artista de expresarse, es mi manera de hacer patria, de dar oportunidades a quienes quizás no las han tenido. No sabes lo feliz que me siento de ser trampolín. Tender una mano es el gesto más noble que existe. Solo dando aprendemos a ser felices y plenos.

“La paternidad me sorprendió. No sabía que ser padre era una responsabilidad tan grande y que se podía amar de esa manera. Mis hijos y mis nietos son tesoros, soy un papá gallina. Quisiera tenerlos siempre cerca, vivo pendiente de todos y quisiera poder evitarles cualquier dolor o pena y, claro, darles hasta lo que no tengo”.

PORTADA

RS: Cuarenta y siete años de Fundación de Casa de Teatro, ¿se imaginó alguna vez llegar hasta aquí?

FG: Hago camino al andar, como dice el poeta. Vivo un día a la vez, solo el presente es mi realidad, el pasado y el futuro solo son referencias, y afortunadamente no he perdido mi capacidad de asombro. La vida me sorprende cada día y el niño que llevo dentro es un tesoro que me permite seguir confiando, creyendo, viviendo, soñando y, claro, lleno de esperanza.

RS: Ahora en el plano paternal, ¿qué es lo que más disfruta de estar junto a su familia?

FG: Mi familia es un tesoro, esposa, hijos, nietos, hermanos, primos, sobrinos y amigos. Soy un hombre rico en afectos y eso es lo más importante en la vida. Nací bendecido y, aunque a muchos no los veo tanto como quisiera, los llevo en mi corazón y en mi mente. Mi corazón es una guagua de dos pisos.

RS: La paternidad es la etapa más hermosa que puede vivir un hombre, ¿cómo fue su estreno en ella?

FG: La paternidad me sorprendió. No sabía que ser padre era una responsabilidad tan grande y que se podía amar de esa manera. Mis hijos y mis nietos son tesoros, soy un papá gallina. Quisiera tenerlos siempre cerca, vivo pendiente de todos y quisiera poder evitarles cualquier dolor o pena y, claro, darles hasta lo que no tengo. Soy un desastre de consentidor, el amar es arriesgarse y vivo apostando siempre.

RS: ¿Qué significado tienen para usted sus hijos? ¿Qué tan ardua fue la tarea de forjarlos como hombres de bien?

FG: Mis dos hijos son, como ya he dicho, fuente de inspiración y trabajo. He tratado de formarlos sin imponerles nada. Para mí, el solo verlos es una celebración.

“Creo que intento ser un hombre bueno y entregado. Solo salgo a la calle cuando tengo la sonrisa dibujada en el corazón y así contagiar a los demás”.

RS: ¿Deseó alguna vez que ellos le siguieran sus pasos en el arte?

FG: Respeto mucho la vocación de mis hijos. No les impuse nada, solo que eligieran una profesión que les permitiera ser hombres de bien y vivir de ella, y que ejerciéndola fueran felices.

RS: Dicen que con los nietos se vuelve a ser padre otra vez, ¿cómo define su relación con ellos?

FG: Ser abuelo fue otra gran sorpresa. Por más que me contaran, no sabía lo que eso implicaba. Los nietos son el regalo de la vejez, la ilusión renovada. Es como si te permitieran amar sin mucha responsabilidad, pero con una ternura que te hace mantener la sonrisa del alma. Tengo cuatro nietos: Ana Marina, Elena, Juan Pablo y Catalina. Todos diferentes, muy sensibles y sospecho artistas.

RS: Todos contamos con un lema de vida, ¿cuál es el suyo? ¿De qué forma le ha servido para la crianza de sus hijos y nietos?

FG: Ser honestos por encima de todas las cosas, hacer el bien siempre sin mirar a quién y trabajar con pasión y disciplina para lograr los sueños.

RS: ¿Cuál es el legado que le gustaría dejarle a sus descendientes?

FG: Quisiera que me recordaran como alguien que los amó por encima de todas las cosas y, claro, que se ocuparan de que Casa de Teatro se mantenga siempre con las puertas abiertas, sirviendo a los jóvenes artistas. Esa casa es una ventana a la esperanza y no debe cerrarse nunca.

“No siempre comulgo con lo expuesto, pero creo en la libertad del artista de expresarse, es mi manera de hacer patria, de dar oportunidades a quienes quizás no las han tenido”.

RS: Vivimos en tiempos críticos en los que la pérdida de valores, la falta de educación y el poco respeto al prójimo permean en la sociedad actual, ¿cuál es su parecer sobre esta situación latente en nuestro país?

FG: Es una pena el mundo en que vivimos. La verdad y la mentira se conjugan a la vez, confundiendo, y el afán de riquezas materiales se ha convertido en una obsesión. El hombre de hoy vive rodeado de espejismos que lo conducen por caminos equivocados. Hay que volver a lo pequeño, a lo simple, a valorar lo que verdaderamente importa y no dejarnos seducir por las luces prefabricadas de una civilización egoísta donde se ignoran a las minorías y a los desamparados. Es una vergüenza vivir en un mundo donde tanta gente muere de hambre y donde se da la espalda a la pobreza de tantos millones de seres humanos.

Si cada uno hiciera su poquito, el mundo sería mejor. Si transformo mi entorno, habré comenzado a transformar al mundo. El cambio es responsabilidad de todos y cada uno debe de cumplir con lo poco o mucho que tenga.

RS: ¿Cuenta su familia con alguna tradición para celebrar este Día de los Padres?

FG: Somos muy sencillos: un almuerzo, muchos cuentos, luego voy a mi sillón y, mientras los oigo hablar y reírse, me duermo. Me cuesta aceptar que soy un niño atrapado en el cuerpo de un anciano.

RS: Envíele un mensaje a los padres dominicanos en este día especial.

FG: Los hijos se aman, protegen, aceptan y cuidan hasta el final de sus días. Un hijo nunca deja de ser un niño para sus padres.

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CONFESIONES ÍNTIMAS

Un libro… El viejo y el Mar, de Hemingway.

Un autor… Manuel Vicent.

Una obra de teatro… A veces grito.

Una película… Cinema Paradiso.

Una reflexión… Somos pasajeros en tránsito hacia la eternidad.

Un lugar… Portillo, Las Terrenas.

Su mayor inspiración… Mi familia.

Su gran obra de vida… Casa de Teatro.

Fredy Ginebra
Milagros De Jesús
Milagros De Jesús
Periodista, locutora y maestra de ceremonias. Amante de la escritura creativa y de las buenas historias.
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