Hace unos meses lo vimos ingresar de manera voluntaria a una clínica de desintoxicación en Austria, después de ser condenado a diez meses de prisión en suspenso por resistencia a la policía, lesiones y amenazas. Y fue precisamente en esta isla donde Ernesto de Hannover inició una relación con la artista Claudia Stilianopoulos, hija de la fallecida socialite Pitita Ridruejo.
A sus 67 años, el aún marido de la princesa Carolina de Mónaco, ha protagonizado un cambio favorable en estos últimos meses, en el que todo indica que su nuevo amor ha jugado un papel importante.
Claudia Stilianopoulos forma parte de los tres hijos que tuvieron el diplomático filipino Mike Stilianopoulos y Pitita Ridruejo, fallecida en 2019. La conocida escritora no solo fue un referente en el aspecto social, sino también en el cultural y religioso al conseguir que la Iglesia reconociera las apariciones marianas en El Escorial.
Hannover, tiene un largo historial de conflictos, comenzando con el incidente que protagonizó en el 2000, en donde le propinó una paliza al dueño de una discoteca, además de las indisposiciones, como cuando Carolina tuvo que asistir sola a la catedral de la Almudena de Madrid para la boda del entonces príncipe Felipe con Letizia mientras Hannover reposaba las copas de la noche anterior. Las declaraciones en contra de su primogénito, Ernesto Augusto de Hannover, con el que mantiene una seria disputa desde que le legó la mayor parte de sus bienes, también ha jugado en detrimento de su imagen.
No podemos olvidar que el mes que viene, enfrentará en el Tribunal Regional de la capital de Baja Sajonia a su primogénito Ernesto júnior, actual gestor del enorme patrimonio de la familia.
En total, son unos cinco millones de euros los que reclama el príncipe alemán a su hijo y que corresponderían a varias propiedades que, hace unos años, decidió donarle como heredero de la Casa Güelfa.
