ESPACIOS.
Un lugar tan impresionante como sus diseños.
texto Patricia Acosta fotos Fuente externa
Después de vender su gran imperio en 1988, Givenchy se retiró y decidió vivir en su finca, su actual casa de retiro, un castillo renacentista desbordado en belleza, construido a principios del siglo XVII. Una obra desarrollada por el arquitecto Gabriel de Lestrade. Fue abandonado por sus propietarios en la década de los 50, pero más tarde restaurado por el arquitecto Fernand Pouillon.
Cuando le mostraron la casa a Givenchy y a su compañero Philippe Venet, se la encontraron muy grande y hasta aburrida. Entonces es cuando deciden hacerle algunos cambios. Las habitaciones tenían los pisos de madera pintada con un patrón de dos tonos de diamantes, que según Givenchy y el mismo Philippe, parecían de Escandinavia, una región de Europa, y un poco a los pisos de los edificios de Estados Unidos; los reemplazaron por Pierre de Bourgogne, en español, piedra de Borgoña, además de las proporciones originales de la puerta.
Al principio de las renovaciones hicieron una habitación pequeña, completamente blanca, con dos camas y así vivieron por unos años. Pero luego el castillo fue llenándose de vida y hoy se puede decir que está lleno de espacios, diseñados e inspirados en los modistos. Una de las habitaciones está decorada con el Árbol de la vida, obra de la tapicería Braquenié.
A Vent se le ocurrió que su estudio estuviera lleno de luz, por eso tiene grandes ventanales, es un taller abovedado, equipado con muebles de mimbre, fundas de algodón y una mesa octagonal. El estudio principal le pertenece a Givenchy y las mesas están repletas de libros con historia, décadas de fotografías, cartas, momentos, bocetos y caprichos personales.
Lo más impresionante es La paloma de Giacometti, un relieve con motivo escultórico que sobresale sobre la chimenea, además de un ciervo fabricado por François Pompon.
El comedor de Le Jonchet con paredes cubiertas de papel tapiz chino antiguo, elaborado a mano, artísticamente alargado con copas talladas por los ciervos, hechas a medida por Barovier &Toso. Al instalarlo, se dieron cuenta de que el papel que daba un poco corto y agregaron una sección inferior, que parece un río.