REPORTAJE ESPECIAL
El árbol de Navidad es reconocido como el árbol de la paz. Históricamente representa la vida eterna.
El árbol de Navidad es un elemento insignia para disfrutar de estos días que evocan unión familiar. Atrapados en la tradición, los hogares donde se coloca el árbol de la vida eterna sirve de escenario para colocar regalos que son otorgados a sus dueños como agradecimiento el día de la Natividad de Jesús.
La historia de este místico árbol, según un versículo de la Biblia escrito por el profeta Jeremías 10:1-5, que afirma, que: “Porque las acostumbres de los pueblos son vanidad, porque cortan un árbol del bosque y lo labran las manos del artífice con cincel; con plata y oro lo engalanan, con clavos y martillo lo afirman para que no se mueva”. En este texto escrito en el siglo VII a. C., Jeremías hace referencia a un árbol que era clavado en la tierra y lo adornaban con oro y plata.
El hecho que le da origen a la Navidad es el nacimiento de Jesús, acontecimiento que ocurrió en el año 1 a. C., seis días antes del cambio de era. Pero, desde siglos anteriores, gracias al versículo escrito por Jeremías, quedó evidenciado que ya el árbol, llamémosle “decorado”, existía entre los rumanos.
¿Por qué el Pino es el árbol elegido?
El pino en particular es un árbol perenne, muy resistente a la humedad. Cuando llegaba el invierno, en esa época, el pino era uno de los pocos árboles que tenía la particularidad de conservar sus hojas brillantes y verdes. Para darle un poco de naturalidad a los hogares, los habitantes cortaban los ramos de pino para decorar y engalanar los hogares.
Con el nacimiento de Jesús, cambió la tradición
El nacimiento de Jesús trajo consigo un giro radical para las costumbres del invierno. El cristianismo transformó estas prácticas paganas ante la imposibilidad de erradicarlas. Cuenta la leyenda que en el siglo VIII había un roble consagrado a Thor, en la región de Hesse, en el centro de Alemania. Cada año, durante el solsticio de invierno, se le ofrecía un sacrificio. El misionero Bonifacio taló el árbol ante la mirada de los lugareños y, tras leer el Evangelio, les ofreció un abeto, un árbol de paz que “representa la vida eterna porque sus hojas siempre están verdes” y porque su punta “señala al cielo”.
Este es el hecho por el cual se le otorga el origen del árbol de Navidad al pueblo alemán, añadiéndoles la autoría de la integración de la “luz de Cristo”; en ese entonces velas en candelabros, hoy en día pequeñas bombillas unidas en una cadena, que simbolizan desde hace miles de años el acto de disipar las tinieblas del camino.
Dato curioso
La costumbre de conmemorar las fechas navideñas con árboles de Navidad se inicia a mediados del siglo XVIII en hogares alemanes de clase alta. Empezaron decorando con velas adheridas a ramas por medio de cera derretida o con agujas. Progresivamente, fueron adaptándo portavelas, farolillos igualmente iluminados por velas de cera y, finalmente, a principios de la década de 1880, se pasó a la iluminación eléctrica.
El primer árbol de Navidad iluminado eléctricamente fue creación de Edward Hibberd Johnson, un inventor asociado a Thomas Edison, cuando este era vicepresidente de Edison Electric Light Company.
Un abeto natural puede sobrevivir durante al menos un mes y medio. Si al retirar la decoración navideña aún conserva las raíces, puedes volver a plantarlo en el jardín.
