DESDE MI ATANOR.
La energía del amor funciona como una torre de radiodifusión, siendo el corazón su transmisor… podríamos enfocarlo desde este punto de vista, para tratar de explicar, de una manera un tanto concreta, esa sensación que sentimos hacia los que amamos.
Haz conciencia de esa vibración que se aloja con firmeza en tu corazón, conecta con esa frecuencia y sentirás un estado de plenitud, alegría, incondicionalidad, armonía… extiende esa oscilación por todo tu cuerpo, tu ser… es la Cristeidad misma. Una vez que te envuelvas en esa energía de amor, estarás preparado(a) para compartirla con los demás, con una pareja sentimental, familiares, amigos… esta es una energía armónica estabilizadora y simétrica, sanadora, regeneradora, que te permitirá conectar con lo más puro en ti.
En el amor, en el corazón está la respuesta; es a donde hemos de acudir para encontrarnos con nosotros mismos.
Encuéntrate a ti mismo(a) a través del amor.
Estamos aquí para recordar, aprender, enseñar a amar; es la manera de ayudar, ayudarnos, crecer espiritualmente, como almas, como seres humanos.
Al nacer, no estamos contaminados aún por los avatares de esta vida; vibramos en el amor, es lo que ofrecemos y recibimos porque somos parte de esa energía conciliadora. El legado de la creación fluye en forma de amor, entra en el corazón y viaja por todo nuestro cuerpo.
Cuando somos creados, cuando estamos en el útero de la madre, el primer órgano que se forma, desarrolla y empieza a funcionar, incluso antes que el cerebro, es el corazón, lo cual parece indicar que ese centro energético –el corazón– ha de tener una gran conexión con el alma, lo que influenciará en el mundo físico para que sean manifestados, concretizados los sentimientos, la intención, el amor que nos llevará a cumplir con nuestro propósito de vida; nos libera propiamente y nos empodera para ayudar a otros a liberar estados limitantes, a expandir la conciencia, a expresarnos con mayor libertad, a ser más compasivos, solidarios, compañeros, a interconectarnos en esa frecuencia.
Cuando la humanidad logre esto, no habrá odios ni rencores, guerras, hostilidades ni desavenencias, pues no existirá la exclusión. ¿Es posible? Nada es imposible, mientras tanto, procuremos lograr esta no-separatividad con los seres que amamos, nuestro entorno; expresa tus sentimientos en forma de palabras, afectos, abrazos, detalles, apoyando a quienes te necesiten, pero sobre todo, ámate a ti mismo(a)…en la medida en que te ames y aprecies, en esa misma medida podrás dar lo mejor de ti a los demás.
Si muchas personas decidimos vibrar en la energía del amor, llevándolo a la práctica en las formas aquí expuestas y todo lo beneficioso que pueda surgir de este sentimiento de la expresión del amor, se producirá un efecto de vitalidad y bienestar que se irá extendiendo en espiral a los nuestros, a nuestro hogar, sector, ciudad, país, logrando armonizar un gran porcentaje de nuestro mundo y universo, repercutiendo favorable y doblemente para el emisor.
Otra forma de manifestar el amor es a través de lo que haces… ¿Con qué vibras o te sensibilizas? ¿Qué te gusta? ¿Qué te apasiona? ¿A qué te dedicas? ¿Cantas? ¿Escribes?¿Pintas? ¿Cocinas? ¿Cultivas plantas? ¿Cuidas niños?,¿Animales? ¿Eres médico? ¿Sanador? ¿Maestro? ¿Artista? La profesión o actividad que elegiste te servirá como puente, como cáliz para expresar tu misión… haz lo que te hace feliz y estarás cumpliendo con el propósito por el cual viniste a este plano. Escucha tu voz interna y descubre cuál es tu pasión, qué te gustaría hacer. Expresa, a través de ello, el amor, tu misión. Tienes la oportunidad de vivir esta experiencia de vida en la tierra, elige hacerla única y extraordinaria… es un regalo divino, permite recibirlo, expresarlo.
Paz y bien. Amor infinito.
EDITORIAL.
“El amor es la energía de poder que te permitirá conectar con todo lo que existe”.
“Cuando te encuentres con esa frecuencia de amor, estarás alineado con tu misión de vida y preparado(a) para asistir en el cambio planetario, tu misión personal y colectiva… la clave, el quid está en el corazón, en el amor, permite develarlo”. (“¿Cuál es mi misión y propósito de vida? ¿Cómo lo identifico?”.