Fotos: Fuente externa
Europa aguarda un sinnúmero de tesoros que enamoran a quienes los visitan por más de una vez, pero entre ellos se destaca un pequeño país llamado Lituania ubicado al norte del continente europeo y bordeado por el mar Báltico. Este destino conjuga a la perfección espacios naturales, históricos y culturales, en fin, un lugar lleno de sorpresas. Dentro de sus atractivos se encuentra un enclave maravilloso que destila belleza por doquier, les hablamos del Castillo de Trakai.
Este hermoso palacete se alza con majestuosidad sobre las aguas de una isla en el lago de Galvé, que es uno de los más profundos de esa nación. La construcción del castillo data del siglo XIV, y era usado como residencia de los Grandes Duques de Lituania. Un palacete digno de un cuento de hadas.
Su estilo arquitectónico corresponde al gótico, por lo que como elemento de su edificación predomina el ladrillo rojo gótico. En tanto que, en su decoración se utilizaron azulejos, vidrieras y ladrillo cocido. No obstante, a lo largo del tiempo fue objeto de varias restauraciones, ya que en un momento llegó a aumentarse considerablemente su tamaño. Además, en el siglo XV, se le agregaron galerías de fuego y tres torres con cañones.
Este elegante alcázar no solo sirvió de morada de los duques, sino que también se usó como prisión. Debido a esto, sufrió graves daños durante las guerras moscovito-lituanas, lo que resultó que cayera en estado de abandono. Después de la Segunda Guerra Mundial el Castillo del Trakai fue reconstruido por completo, pero conservando el estilo del siglo XV. Finalmente, en 1962, el castillo pasó a ser parte del Museo de Historia de la ciudad de Trakai.
En el museo que alberga su interior se pueden encontrar exposiciones vinculadas con los grandes duques y hallazgos arqueológicos. Asimismo, los visitantes podrán conocer cada una de las habitaciones y ver una fastuosa colección de arte. Y como si fuera poco, durante el verano, se celebran festivales medievales, eventos y conciertos al aire libre.
