La firma Cartier acaba de lanzar cuatro colecciones inspiradas en la decoración, la escritura, la infancia y el juego que trasladan los motivos recurrentes de la maison a la cotidianidad. Una caja de música, una libreta con lápiz a juego, un sonajero o infinidad de elementos decorativos siguen formando hoy parte del ADN de la marca. Así, un año más, Cartier presenta una selección de regalos –o autoregalos– perfectos para expandir su reconocible universo –la pantera, la doble C, el bestiario…– más allá del joyero. Caprichos ornamentales como jarrones, bandejas o bolas navideñas hasta otros tan prácticos como los llaveros, tarjetas de visita o una caja para guardar el té.
Las cuatro colecciones –decoración, escritura, bebés y juegos– están protagonizadas por el mismo estilo: de la pantera, símbolo de la creación Cartier desde 1914, cuando hizo su aparición en un reloj con motivo de manchas, hasta el monograma de la doble C que la firma utiliza para sellar sus codiciados paquetes rojos de regalo. Tampoco falta su particular zoológico de animales domésticos o salvajes, representados en los objetos de bebés, ni otros símbolos como el bellboy Cartier, que se cuela en forma de llavero o como motivo decorativo en múltiples piezas.
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