Fotos: Dia Dipasupil, Pool, Sean Zanni, Europa Press Entertainment y Carlos R. Álvarez
ILUSTRE.
Los libros son portales que nos conducen a un universo impregnado de conocimientos que enriquecen nuestro acervo, despiertan emociones ocultas y nos llenan de poder. Es por esto que han sido, durante toda su vida, el refugio de Carmen Iglesias, la historiadora que ha marcado un antes y un después en España, tras convertirse en la única mujer en dirigir la Real Academia de la Historia, desde su fundación en 1736.
Su impronta la ha encaminado a forjarse como una figura relevante en el ámbito histórico y académico no solo de su país natal, sino también del mundo. La reputada trayectoria que ha labrado le ha permitido ocupar puestos en instituciones de gran prestigio, entre las que se destacan: como directora del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, consejera nata del Consejo de Estado (1996-2004), presidenta del Grupo Unidad Editorial (2007-2011), comisaria de Exposiciones Históricas de Alcance Internacional y organizadora de determinados eventos culturales; miembro del Comité Ejecutivo de la International Society for Eighteenth Century Studies y presidenta de la Sociedad Española de Estudios del Siglo XVIII.
Iglesias es especialista en historia moderna europea y española, al igual que, en filosofía política de distintas épocas. Se ha distinguido como escritora de libros y monografías, por lo que en su repertorio literario se encuentran más de doscientas publicaciones de las que han logrado sobresalir más las siguientes: El pensamiento de Montesquieu: política y ciencia natural (1984), premiado en Francia en 1985; Felipe II. Un monarca y su época. La monarquía hispánica (1998); El mundo que vivió Cervantes (2005); Razón, sentimiento y utopía (2006) y Zaragoza y Aragón: encrucijada de culturas (2008).
Actualmente, Ella funge como docente de Historia de las Ideas Morales y Políticas de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y catedrática de Historia de las Ideas y Formas Políticas de la Universidad Complutense de Madrid (1984-2000). Uno de sus alumnos más prominente fue su majestad el rey Felipe VI. Indudablemente, que esta dama ha hecho del conocimiento su mayor patrimonio.
Gracias a sus importantes aportes a su nación, el rey Juan Carlos le concedió el título de condesa de Gisbert por su “brillante e intensa labor académica y docente”, en mayo de 2014. Igualmente, ha sido homenajeada con otras distinciones, como: Premio Montesquieu (1985), la Ordre des Palmes Académiques del Gobierno de Francia (1992), la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio (1995), el Premio a los Valores Humanos del Grupo Correo (1996), el Premio Lafuente Ferrari (1999) de la Asociación de Críticos de Arte de Madrid, el Premio FIES de Periodismo (duodécima edición, 2001) y el Premio de Investigación Julián Marías de Humanidades (2006), mientras que, en 2011 fue nombrada cronista de la Villa de Madrid.
Pero el más reciente reconocimiento que ha recibido fue el otorgado por la reina doña Sofía de España, quien le entregó el Premio Sophia a la Excelencia 2022, en la sede del Queen Sofía Spanish Institute de la ciudad de Nueva York; este se debió por ser una de las personalidades que más ha contribuido al enriquecimiento del mundo hispanohablante.
“Saber a dónde conducen las utopías imposibles y la falacia del hombre nuevo. Esa falta de conciencia histórica nos lleva a no valorar lo que tenemos”.
