Ilustradora y artista apasionada
Fotos: Silverio Vidal
Alexa es una ilustradora y artista visual haitiana apasionada, quien, a pesar de no haber planeado convertirse en artista, encontró en el arte su mejor medio de comunicación. Desde niña, fue una persona visual, dibujando y creando historias a través de imágenes, incluso usando la cámara de su padre para escribir guiones y filmar pequeñas películas. “El arte siempre fue mi forma de comunicarme y de entender el mundo”, comenta. Aunque su carrera comenzó en el ámbito de las Ciencias Políticas, poco a poco, Alexa se fue adentrando en el mundo creativo, en parte gracias a su capacidad autodidacta. Aprendió a usar Photoshop para un trabajo a través de tutoriales en YouTube, y, desde entonces, no dejó de explorar su potencial artístico.
Durante unas vacaciones de invierno, descubrió su amor por las acuarelas al adquirir una pequeña paleta por diversión. Esta pasión la llevó a tomar un taller en la École Nationale Supérieure des Beaux-Arts en París, experiencia que marcó un antes y un después en su trayectoria creativa. Inspirada por el cine, especialmente por el juego entre sombras y luz, Alexa describe su estilo como una combinación de nostalgia y la alegría de la infancia, un equilibrio que busca resonar con el espectador en un nivel profundo. “Quiero crear obras que conecten profundamente con las personas”, afirma, reflejando así su intención de capturar emociones más allá de la técnica.
Alexa ha trabajado en múltiples colaboraciones y proyectos, destacándose su versatilidad para adaptarse a distintas industrias. Entre sus colaboraciones más notorias se encuentran trabajos para marcas como Montblanc, Cartier, Tiffany & Co., entre otros. Su habilidad para trabajar en vivo, y su creatividad en proyectos personalizados, han sido esenciales para expandir su carrera. Ha pintado en bodas, creado visuales para menús, decorado paredes y desarrollado visuales para marcas locales.Para ella, cada proyecto es único y valioso: “Cada proyecto es un mundo propio”, dice, resaltando que adapta sus habilidades para cumplir con las expectativas de cada cliente.
Su proceso creativo, especialmente cuando trabaja para clientes, inicia al conocer su visión. “Pido referencias visuales y trato de ponerme en sus mentes”, explica. Luego, comienza a esbozar y trabaja en los borradores hasta que ambos llegan a una dirección aprobada. Alexa disfruta del proceso de pintar a mano, escaneando luego sus ilustraciones para limpiarlas digitalmente en Photoshop, una técnica que le permite precisión y la flexibilidad de corregir detalles sin rehacer toda la pieza. Esta combinación entre técnicas tradicionales y digitales le permite explorar texturas y mantener la esencia artesanal en sus trabajos, aunque use herramientas modernas. “Es un tango entre los dos”, asegura, describiendo cómo ambas técnicas se complementan en sus creaciones.
La selección de colores y texturas en sus obras no responde a un esquema riguroso; para Alexa, es un viaje instintivo e interno. “A medida que trabajo, me dejo llevar por los colores, las formas y las texturas”, comenta, resaltando que es un proceso de experimentación y conexión personal. Aunque no sigue reglas estrictas, busca que cada elemento de sus obras, desde la paleta de colores hasta las texturas, se convierta en una experiencia emocional que resuene tanto con ella como con los espectadores.
Alexa ha demostrado que, a través del arte, se puede transformar cada proyecto en una expresión personal y en una conexión con otros. Su capacidad de adaptación y su sensibilidad artística la han posicionado como una ilustradora versátil y emotiva, cuyo estilo único continúa cautivando a quienes se cruzan con sus creaciones.