RITMO DEL ARTE.

De lo simple a lo extraordinario

texto Petra Minaya fotos  Fuente externa

Estas esculturas cambian los espacios de lo simple y común a lo extraordinario y deslumbrante. Su arte se ha caracterizado por el uso de materia prima, la ha sabido utilizar en cada espacio donde plasma su trabajo.

Ha impregnado en cada una de sus obras el sello distintivo que lo hacen reconocer por los amantes del arte y seguidores de su trayectoria, inclinándose por la arquitectura, el diseño y la escultura a la hora de realizar sus obras. Observar sus esculturas se traduce como una de las formas más sublimes de percibir la pureza y lo simple de la naturaleza interminable de la materia.

Más que esto, su fascinación por el mundo ha sido una de las primeras características a la hora de reflejar una perspectiva diferente en sus esculturas. Una de las exposiciones que ha llevado su talento a otro nivel fue la presentación de RAW, en donde las esculturas de madera, ladrillo y metal se adueñaron de la Sala Luis Miró Quesada Garland donde fue presentada.

Con este excepcional trabajo, uno de los primeros objetivos fue mostrar nuevas alternativas de percibir y experimentar formas y espacios. «Toda mi obra se trata de las maneras en las que podemos transformar aquellos parámetros que se nos imponen. Las vigas de maderas se utilizan para que las casas carguen a los techos. Cuando yo las modifico, solo son capaces de cargarse a sí mismas».

Las brillantes ideas de las que se hace dueño y la destreza para plasmarlas de forma inolvidable en los espacios en los que trabaja, han llegado a diferentes edificios históricos como han sido:  Palazzo Pamphilj, el Panteón de Agripa, la Iglesia de Santa Clara y la Catedral de Sal de Zipaquira.

Una forma diferente de hacer arte, de usar la materia prima de manera poco común, material que sabe adecuar perfectamente de acuerdo a lo que sus ojos perciben y lo que quiere conseguir llevar a los espectadores; un estilo que salga de lo trivial.